La reforma de la C-245 marca el camino de los futuros corredores de bus rápido
Los fondos europeos dan el impulso a los seis primeros BRT de Catalunya
El proyecto de construcción de corredores prioritarios para el autobús en vías interurbanas de Catalunya se ha pasado más de cinco años esperando su momento en algún cajón del departamento de Territori. Siempre había alguna cosa más prioritaria en la que invertir, hasta que han llegado los fondos europeos Next Generation y han permitido desempolvar la primera fase de actuaciones de bus rápido, lo que se conoce en el argot internacional como BRT y que aquí se ha venido a denominar BRCAT.
Con 67 millones caídos del cielo de Bruselas, la Generalitat tirará adelante los seis primeros corredores de bus rápido en conexiones interurbanas como Girona y Salt, Sabadell y Terrassa y Blanes y Lloret. Las obras no llevan asociada ninguna inversión en la creación de nuevas líneas ni la compra de autobuses de gran capacidad para prestar servicio, de manera que los usuarios se pueden encontrar con una infraestructura maravillosa pero sin un servicio mejorado, que al final es lo que importa.
La excepción es la transformación de la C-245 entre Castelldefels y Cornellà de Llobregat pasando por Gavà, Viladecans y Sant Boi. Esta actuación, ejecutada a medias por la Generalitat y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), es el modelo a seguir para las otras cinco actuaciones que están en fase de redacción del proyecto constructivo con la intención de hacerlos realidad en el 2025.
Mucho antes, este mismo verano, finalizarán las obras de la C-245, en marcha desde hace dos años y medio. La antigua carretera comarcal por la que circulan unos 22.000 vehículos diarios se consolidará como vía urbana a su paso por los cascos urbanos y se
El plan del Govern no va acompañado de nuevas líneas que le saquen provecho a la infraestructura
hará más accesible en los tramos industriales o deshabitados. Contará con un carril bus por sentido a lo largo de diez kilómetros e incorporará además soluciones novedosas como una rotonda atravesada por un carril exclusivo por autobuses en el centro como clara demostración de la prioridad que se dará al transporte colectivo.
Los responsables del proyecto calculan que los autobuses recortarán hasta un cuarto de hora el tiempo de trayecto entre Cornellà
y Castelldefels, actualmente lastrado por la congestión en hora punta y los constantes semáforos en rojo. La infraestructura se acompañará de un sistema de priorización que irá poniendo los semáforos en verde al paso del transporte público. Para aprovecharlo al máximo, el AMB estrenará una nueva línea de bus, la M8, con 12 autobuses articulados que recorrerán el corredor de punta a punta como si de un tranvía se tratara. Además del carril bus en ambos sentidos, la actuación se acompaña de un carril bici bidireccional y nuevas aceras más amplias tanto en los tramos urbanos como interurbanos.
Cuando la C-245 ya esté operativa se iniciarán las obras de los otros cinco corredores, cada uno de ellos adaptado al entorno y con sus particularidades concretas. Uno de los más usados será el Saltgirona,
3,5 kilómetros que son el principal eje de comunicación entre las dos ciudades. Más largo será el enlace entre la estación de tren de Blanes y la de autobús en Lloret por la carretera GI-682. En este caso, el carril bus se irá alternando a un lado y a otro en lugar de tener continuidad. El de la C-59, por su parte, entre Caldes de Montbui y Palau-solità i Plegamans tendrá una nueva vía ciclista compartida con los peatones.
Es el mismo sistema que se hará entre Sabadell y Castellar, en la B-124, con cinco kilómetros de carril bus acompañado del espacio compartido para ciclistas y peatones. El último de los proyectos será en la N-150 entre Sabadell y Terrassa, el eje principal que conecta las dos ciudades del Vallès, y cuya principal transformación se concentra entre el hospital de Terrassa y el complejo policial Egara.c