Álvaro: “Son los mismos problemas que cualquier publicación europea, no es una rareza catalana”
lación en la web, con temas más transversales y multidiscliplinares, para ser más próximos a los nuevos públicos”. “En el siglo XXI hay que estar en todas las plataformas”, dice, y explica un acuerdo de colaboración con Núvol. Álvaro lamenta “la pérdida de L’avenç, que hacía muy buen trabajo y se perderáriquezaypluralidad”.“haylugarparatodos,ylacompetencianoresta,sino que multiplica”, añade.
Hay variedad a un lado y al otro, como muestra la coexistencia en el mismo grupo –Abacus Media, antes Som– de revistas como Sàpiens, Arrels o El Món d’ahir.laprimeraeslamásleíday vendidaencatalán,concasi12.000suscriptores y unos 4.000 ejemplares vendidos en quiosco. Su directora, Clàudia Pujol, asegura que apuestan por la suscripción, y eso significa que además de “buscar temas históricos que lleguen hastahoy”hayquecrearcomunidadde lectores: “Hemos encontrado un nicho y lo cuidamos diversificando contenidos y formatos”. La comunidad tambiéneslabasequereivindicaeldirector dearrels,josepsucarrats,quepartede la alimentación y el mundo rural para hablar de cultura, con unos 3.500 socios que “buscan una experiencia de pausa, un momento de desconexión sin pantallas”. El caso de El Món d’ahir es otro. Su director, Toni Soler, explica que les guio “el modelo de Stefan Zweig, escribir sobre historia con un estilo personal y literario”, para un lector que “en un momento tan digital quieraleerconbuenpapel,buenasilustraciones, un modelo de autor que empezó como un capricho, sin pretender tener un público masivo pero sí fiel”.
Y hay también modelos híbridos, como el semanario El Temps –con el digital Els temps de les Arts–, u otros como la Revista de Catalunya –fundada en 1924, y refundada en 1986–, además de revistas vinculadas al mundo universitario, comocompàs d’amalgama(ub), Caràcters o L’espill (las dos de la UV). Para dar y tomar. Y para comprar, también, y para suscribirse.c