La Vanguardia

Macron se mantiene inflexible con las pensiones mientras la protesta flaquea

El Gobierno rechaza la mediación que piden los sindicatos para frenar la reforma

- Eusebio Val r!s. "orres o#s l

El portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran, rechazó ayer la propuesta de los sindicatos de recurrir a una mediación independie­nte sobre la reforma de las pensiones. “No se necesita forzosamen­te una mediación para hablar”, indicó Véran, que dejó claro que la reforma no puede ser renegociad­a y que, si hay conversaci­ones, estas serán directas y sobre otras cuestiones como las condicione­s laborales de los trabajador­es más veteranos o la remuneraci­ón.

Las palabras del portavoz estaban en plena sintonía con lo dicho por el presidente Emmanuel Macron en una entrevista televisada, la semana pasada, y durante una rueda de prensa en Bruselas. Los sindicatos asociaban una eventual mediación a una pausa en el trámite para promulgar la ley sobre la reforma, solo pendiente de su análisis jurídico por el Consejo Constituci­onal. El Gobierno no ha querido caer en la trampa de aceptar una mediación que, implícitam­ente, suponía admitir que el proyecto podía ser replantead­o.

La inflexibil­idad del Ejecutivo se producía en la décima jornada de movilizaci­ones, que registró una neta tendencia a la baja en cuanto a manifestan­tes y huelguista­s. El seguimient­o de los paros fue bastante menor en la enseñanza, en los ferrocarri­les y en el transporte público.

Las marchas en París y en otras ciudades fueron menos numerosas. En la capital participar­on 93.000 personas, según la prefectura, y 450.000 según la CGT. Las cifras siempre son así de dispares. El Ministerio del Interior desplegó 5.500 policías y gendarmes para evitar que se repitieran disturbios tan graves como los ocurridos el jueves de la semana pasada.

Tanto en París como en Burdeos hubo incidentes por la presencia de manifestan­tes violentos, los black blocs, que rompieron algunos escaparate­s y quemaron mobiliario urbano, además de enfrentars­e a la policía. La situación estuvo bastante bajo control para los estándares de las algaradas francesas.

“Vamos a continuar hasta forzar a Macron a negociar”, declaró a este diario Jacques, un informátic­o de 62 años que acudió a la marcha de París.

–¿Por qué los franceses no aceptan retrasar la jubilación, como ya han hecho los españoles, los italianos o los alemanes?

–Quizás porque nosotros queremos vivir de otra manera.

“En España el Gobierno fue mucho más inteligent­e –terció Denis, de 61, jefe del servicio posventa de una empresa–. Habló con todos los agentes sociales, con la gente, lo explicó. Hizo las cosas mejor para que el pueblo lo aceptara. Aquí, Macron nos ha tomado por imbéciles. Ningún pueblo es imbécil”. “Lo que es seguro es que Macron ha arruinado su mandato –agregó Denis–. Cualquier otra reforma quedará bloqueada. Ha perdido toda su credibilid­ad”.

Para Nadège, una maestra de primaria de 36 años, Macron ha dado “el falso pretexto” del equilibrio financiero, cuando “hay decenas de maneras de conseguir ese dinero sin quitárselo a la gente retrasando la jubilación”. Según ella, la terca resistenci­a francesa se explica por una conciencia­ción muy profunda: “Se trata de derechos que fueron fruto de movimiento­s sociales muy importante­s, y la gente no quiere renunciar a ellos”.c

Menos huelguista­s y manifestan­tes en la décima jornada de movilizaci­ones en lo que va de año

 ?? GONZALO FUENTES / Reuters ?? “Macron, todo el mundo te detesta”, una pintada en la marquesina de una parada de autobús durante una protesta ayer en París
GONZALO FUENTES / Reuters “Macron, todo el mundo te detesta”, una pintada en la marquesina de una parada de autobús durante una protesta ayer en París

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