Cuarenta migrantes mueren durante un motín en México
Las víctimas habrían prendido fuego a un centro de detención
La migración es una tragedia sin fin, a menudo mortal y desgarradora. Al menos 40 migrantes perecieron calcinados en la noche del lunes durante un incendio provocado por una quema de colchones en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, en la frontera norte de México, indicaron fuentes oficiales.
El presidente Andrés Manuel López Obrador responsabilizó del hecho a los propios migrantes, al haber sido ellos quienes prendieron el fuego en un motín de protesta contra su prevista deportación a sus países de origen.
“Ellos no pensaron” que su acción causaría una terrible desgracia, matizó el mandatario mexicano. Y añadió que la mayoría de los migrantes muertos procedían de Centroamérica y Venezuela. Más tarde, el Gobierno de Guatemala señaló que 28 de los fallecidos procedían de ese país.
Un portavoz de Protección Civil señaló que, además de los 40 muertos, otras 29 personas habían resultado heridas, seis de ellas gravemente por quemaduras de tercer grado.
Parte de los migrantes habían sido detenidos a lo largo del lunes en la ciudad fronteriza con El Paso (EE.UU.), mientras que otros habían sido devueltos desde el lado norte. Según los informes oficiales, todos estaban confinados dentro de estancias cerradas con candados. Decenas de bolsas con los cadáveres de los fallecidos pudieron verse enseguida en el exterior del edificio del INM.
La presencia de migrantes en la frontera entre México y EE.UU., especialmente en Ciudad Juárez y alrededores, viene aumentando de manera alarmante desde hace meses. Primero fue a raíz del anunciado fin del Título 42, promulgado por Donald Trump dos años atrás para frenar la inmigración con el pretexto de evitar una multiplicación de los contagios en plena explosión de la pandemia.
El Título 42 iba a dejar de aplicarse el 21 de diciembre por una orden judicial, pero el 27 del mismo mes, el Supremo estadounidense estimó las demandas de 19 estados republicanos que pidieron mantener el precepto pese a la superación de la covid.
Después, en enero, el presidente Joe Biden aprobó un plan de palo y zanahoria para endurecer las políticas contra la inmigración ilegal y facilitar las entradas legales desde países en crisis y con regímenes autoritarios. La resolución permite que hasta 30.000 migrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití puedan entrar en EE.UU. cada mes, previa tramitación de solicitudes por internet, si tienen un “patrocinador” que los respalde. Además, los que se hallen en México y quieran optar al ingreso legal pueden registrarse a través de una aplicación creada para tramitar una cita de entrada y petición de asilo en cualquier centro fronterizo.
La contrapartida es que quienes cruzan ilegalmente pueden ser devueltos en caliente bajo otra nueva norma que refuerza la aplicación de las “repatriaciones aceleradas” con prohibición de reingreso a EE.UU. por cinco años.
En el último año fiscal (1 de octubre del 2021 a 30 de setiembre del 2022), el flujo migratorio pulverizó récords, con 2,76 millones de simpapeles detenidos en la frontera de EE.UU. con México.
La mayoría procedían de Centroamérica y Venezuela, y habían sido devueltos desde el norte y detenidos