La Vanguardia

“China puede parar la guerra con una llamada”

Vicenç Fisas Analista de conflictos, política internacio­nal y procesos de paz

- Ramon Aymerich Barcelona

Analista de conflictos y política internacio­nal, experto en procesos de paz, Vicenç Fisas acaba de publicar Ganar-ganar. La estrategia china para seducir al mundo

(Akal) y Hegemonías, bloques y potencias en el siglo XXI. El orden mundial tras la guerra de Ucrania

(Catarata). Fisas piensa que China será clave en la resolución del conflicto de Ucrania, pero considera que el plan de paz presentado en los últimos días es todavía demasiado vago.

El grueso de su último libro sobre China es un análisis de los discursos de sus dirigentes. ¿Hay que recurrir a la semántica para entender cómo funciona la potencia asiática?

La mentalidad china es hacer las cosas poco a poco y pensar siempre en el largo plazo. Por eso son importante­s esos discursos, son todos parecidos, pero en ellos hay ideas clave que se transmiten de uno a otro y evoluciona­n. Quien construye una primera visión de China en el mundo es Jiang Zemin, secretario general del partido entre 1989 y 2002. Es en ese período cuando se elabora la idea del compromiso con la paz mundial, la cooperació­n y el beneficio mutuo entre países como fórmula para abrirse al mundo. Su sucesor, Hu Jintao, consolidar­á esa idea.

En el último congreso del Partido Comunista, en octubre del 2022, Hu Jintao es expulsado de manera inusual del encuentro. ¿Es eso un reflejo de los cambios? De hecho, con el cambio de siglo ya se percibe un salto en el lenguaje de los dirigentes chinos. Con la llegada de Xi Jinping a la secretaría general, en el 2012, el énfasis hacia China como gran potencia es absoluto. Debemos hacernos respetar, afirma una y otra vez. No volveremos nunca más al siglo de la humillació­n (en referencia al periodo de intervenci­ón en el país de las potencias imperialis­tas, Japón y Gran Bretaña, entre 1839 y 1949).

Usted habla en su libro de seducir al mundo. ¿Lo han conseguido?

Tienen una potencia económica enorme y también una buena capacidad inversora. Son una potencia tecnológic­a y comercial, y eso se ha traducido en la geopolític­a y la diplomacia. Se percibe también en las votaciones en la ONU. Se puede decir que sí, que han seducido al mundo, pero es una seducción temporal. Es algo que puede cambiar en un par de décadas. En África, por ejemplo, China ha construido las infraestru­cturas que las metrópolis coloniales europeas no hicieron. Pero lo ha hecho a través del crédito. El resultado es que esos países se han endeudado mucho con China. Eso no es sostenible a largo plazo...

¿Hasta qué punto es creíble ese discurso de paz y cooperació­n? Solo hasta cierto punto. En los últimos años el poder chino ha entrado en contradicc­iones, entre lo que dicen y lo que hacen. Ellos hablan de paz, pero su objetivo es convertirs­e en una potencia militar, y año tras año no han dejado de aumentar el gasto militar. Son ya una potencia militar en el Pacífico, una región mundial que se ha convertido en un polvorín y que puede estallar en cualquier momento por Taiwán. Estados Unidos tiene en el Indo-pacífico más de 80 bases militares. Ha acordado vender cinco submarinos nucleares a Australia. Japón ha abandonado los límites que tenía al gasto militar. Todo eso está estimuland­o una carrera armamentis­ta en la zona.

¿En qué medida la guerra de

Ucrania ha alterado los planes que tenían los dirigentes chinos? Hace solo unos meses, Xi Jinping dijo durante una entrevista que Vladímir Putin es su mejor amigo. Decir algo así es muy fuerte. Y no sé si le conviene. El presidente chino puede hacer una lectura facilona sobre Occidente como rival. Pero lo cierto es que China tiene muchos intereses económicos en Europa, y Europa está muy posicionad­a en esta guerra. Esto debería hacerle pensar...

¿Es China la clave para detener este conflicto?

Sin duda. Xi Jinping puede parar la guerra con una simple llamada telefónica. Puede hacerlo.

China ha presentado un plan de paz de diez puntos que despierta los recelos occidental­es. ¿Qué opinión le merece?

Me parece poca cosa. El primer punto es muy abstracto. Si es verdad que creen en la soberanía territoria­l de los países, no se entiende que le sigan el juego a Putin. Habrá que ver hasta dónde está dispuesto Xi Jinping a llegar con ese plan. En todo caso, es bueno que hayan dado un primer paso. Pero deben ir de prisa en hablar con Volodímir Zelenski. Si no avanzan, significar­á que no quieren hacerlo. Y entonces todo su discurso sobre la paz quedará en algo vacío.

En la última visita de Xi Jinping a Moscú, Rusia ha dicho rápidament­e que sí a ese plan.

Rusia no puede decir que no. Sea cual sea la propuesta de China. El tema está en ese primer punto que le mencionaba, que es el de la integridad territoria­l de Ucrania. China deberá explicar cómo la entiende. Si está hablando de retirar las tropas rusas de la zona o dejarlas ahí. Debe explicar si proponen volver a las fronteras del 2014 (cuando Rusia invadió Crimea y las regiones de Donetsk y Luhansk). Nadie lo sabe.

Suponga que llegan a arrancar esas conversaci­ones. ¿Qué contenidos tendrían?

Bueno, yo creo que el tema será el de paz por territorio­s. Será saber qué parte de Ucrania está dispuesta a ceder a Rusia. O si unos y otros aceptan dar un estatus especial a esos territorio­s. Tarde o temprano, Europa se cansará de enviar más armas. Y Rusia tiene capacidad para aguantar todavía dos años. Aguantará mal. Pero aguantará. Para entonces, el número de muertos por ambos bandos, y el odio, no habrán dejado de crecer. La actual generación ya no podrá hacer la reconcilia­ción.

Plan de paz “El plan me parece poca cosa; deberán aclarar el primer punto, es muy abstracto”

El final del conflicto “La negociació­n será de paz por territorio­s; Rusia puede aguantar y Europa se cansará”

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Vicenç fisas Fisas ha trabajado, entre otros, en el plan de paz de Colombia

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