La Vanguardia

La vuelta de la exconselle­ra reaviva la pugna Junts-erc en víspera electoral

Puigdemont denuncia desde Bruselas que no se respeta el Estado de derecho

- Cristina sen Juli. hurtad. Barcelona

El repentino regreso de Clara Ponsatí, que ayer llegó directamen­te a Barcelona sin pasar a declarar en el Tribunal Supremo, cogió por sorpresa a la mayoría de los actores políticos. Las reacciones a su vuelta, acompañada de su detención para conducirla ante el juez de guardia, evidenció de nuevo las fricciones entre ERC y Junts. La propia exconselle­ra y Carles Puigdemont abrieron el turno de críticas a los republican­os.

El distanciam­iento en el independen­tismo se plasmó en los puntos de vista distintos sobre el alcance de la reforma del Código Penal, impulsada por el Gobierno y por ERC, que ha permitido a Ponsatí enfrentars­e únicamente a una condena por desobedien­cia, que no está penada con cárcel.

Desde Bruselas, Puigdemont y Toni Comín, igual que Ponsatí en Barcelona, criticaron a la consellera Mertixell Serret, que en el 2021 regresó de Bélgica, dando a entender que dio la espalda al “exilio” de Waterloo.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, que fue encarcelad­o por el 1-O, afirmó en una comparecen­cia mientras la exconselle­ra aguardaba la decisión del juez, que su regreso ha sido posible gracias a la supresión del delito de sedición, razón por la cual “el Estado tiene la obligación de dejarla en libertad”. “La desobedien­cia es un delito que no está penado en ningún caso con penas de cárcel”, dijo.

Aun así, Puigdemont, con una perspectiv­a muy distinta, habló de “detención ilegal” por parte de los Mossos d’esquadra e instó a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, a actuar para defender la inmunidad de la eurodiputa­da y a no mirar “para otro lado”. Para el expresiden­t, la vuelta de Ponsatí es un “acto de confrontac­ión

inteligent­e” con el Estado, por lo que ensalzó que la exconselle­ra “contara con el exilio” tras haber permanecid­o en el extranjero los últimos cinco años antes de tomar la decisión de volver a Catalunya.

Con todo, el regreso se produce en un momento político complejo, con las elecciones municipale­s muy cercanas. Un movimiento –tanto la vuelta como la decisión de no acudir al Tribunal Supremo– que debe encuadrars­e en este contexto. A la pugna con ERC por un espacio político, debe sumarse también que la candidatur­a insignia de Junts está liderada en Barcelona por Xavier Trias, alejado de las posturas que defiende Puigdemont. El alcaldable exconverge­nte le dio la bienvenida vía Twitter, pero no acudió a la concentrac­ión de apoyo.

En línea con Junqueras, el conseller Joan Ignasi Elena también reivindicó la reforma del Código Penal y defendió la labor de los Mossos, que detuvieron a la exconselle­ra en cumplimien­to de “su deber”.

En un tono institucio­nal, el president Pere Aragonès optó por no entrar en batallas con Junts, celebró el regreso de la exconselle­ra y deploró su detención. Asimismo, el presidente de la Generalita­t señaló que la vuelta no se produce “en plena libertad”, arremetió contra el juez Pablo Llarena y no mencionó el papel de los Mossos.

Desde la Moncloa también se analizó el movimiento efectuado desde Bruselas, y las fuentes consultada­s señalaron que Ponsatí “ha ofrecido un espectácul­o” con su retorno. En este sentido, recordaron que tanto Serret como la exdiputada de la CUP Anna Gabriel acudieron al Supremo, ya que en ningún caso podían ser detenidas, y que, por tanto, el gesto de llegar a Barcelona directamen­te buscaba una reacción totalmente innecesari­a. Para el Ejecutivo central, se demuestra que se ha abierto una nueva etapa en Catalunya y que después de los años de gobierno del PP, donde se produjo la salida hacia Bélgica, ahora los independen­tistas que se fueron están volviendo.

También Carme Forcadell, que fue condenada a prisión por el 1-O y salió en libertad tras los indultos del Gobierno, celebró el regreso de Ponsatí: “Bienvenida a tu casa, a tu país. ¡A tu lado, consellera!”, dijo. Por su parte, el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, expresó “todo el apoyo a la consellera Clara Ponsatí en su decisión de volver a Catalunya, una decisión enmarcada en la confrontac­ión inteligent­e”.

En el polo opuesto, Ciudadanos no tardó en reaccionar a la presencia de Ponsatí en España y con la etiqueta de “No nos callarán”, su líder en Catalunya, Carlos Carrizosa, señaló en Twitter que la causa del regreso de la eurodiputa­da independen­tista ha sido la reciente “despenaliz­ación de la sedición” que han impulsado en el Congreso el Gobierno de Pedro Sánchez y ERC.

En un tono más circunspec­to, el presidente del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, declaróa La Vanguardia que “ahora es la hora del Estado de derecho” y “que la justicia haga su trabajo”.c

Junqueras destaca que el regreso de Ponsatí se debe a la derogación del delito de sedición

Puigdemont ve en la decisión “un acto de confrontac­ión inteligent­e” con el Estado

Elena defiende a los Mossos, que “cumplieron con su deber” al detener a la exconselle­ra

Aragonès subraya que la vuelta no se produce “en plena libertad” y carga contra el juez Llarena

La Moncloa considera un “espectácul­o” la actuación de Ponsatí y valora la nueva etapa en Catalunya

“Ahora es la hora del Estado de derecho, que la justicia haga su trabajo”, analizó Alejandro Fernández

 ?? Pol Sol" / ACN ?? Dirigentes de Junts, en la puerta de la Ciutat de la Justícia, donde compareció Ponsatí
Pol Sol" / ACN Dirigentes de Junts, en la puerta de la Ciutat de la Justícia, donde compareció Ponsatí

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