Adidas se rinde al Black Lives Matter
Retiran el pleito contra el movimiento antirracista por el logo de las tres rayas
Suenan las alarmas en los cuarteles del gigante alemán de ropa deportiva. Adidas vuelve a tropezar con sus tres rayas icónicas, marca de la casa, por una cuestión racial. Hace unos meses, la empresa se vio obligada a romper un fructuoso pacto con el rapero Kanye West, ahora conocido como Ye, para producir las sneakers diseñadas por el artista, las Yeezy. Perdieron cientos de millones de dólares con su decisión.
Quedaba muy poco ético mantener esa colaboración. Las cosas que dijo West están prohibidas en el Código Penal alemán.
El músico afroamericano despertó todos los fantasmas del pasado al mostrar su rechazo a los judíos, a los que acusó con el tópico insulto de la usura.
Por si fuera poco, y tras rechazar que la esclavitud fuera algo malo –la calificó de “elección” y “oportunidad”–, realizó una exaltación del nazismo con su apología dedicada a Hitler, al que mostró su total admiración. “He visto que hizo cosas buenas”, afirmó en una entrevista. Demasiado para cualquier alma ni siquiera sensible, por pingües que resultaran los beneficios.
Otras razones le han llevado a finiquitar sus tratos con otro referente en la comunidad negra, este en positivo por su capacidad de superación. Adidas y Beyoncé decidieron poner fin a su colaboración en una línea de moda. Las ventas no van bien, y está claro que los negocios son los negocios con independencia de la imagen buscada.
La mala fama propició que este miércoles la compañía actuara con urgencia y aparcó la demanda planteada contra Black Lives Matter (BLM, las vidas negras importan), organización heredera de la lucha por los derechos civiles que surgió en Estados Unidos en el 2012 para protestar contra la brutalidad policial y la existencia de una justicia para blancos y otra para los que no lo son.
En el centro, las tres rayas que Adidas considera propias, a pesar de reconocer que ese logo no tiene ningún significado específico, salvo su uso desde 1952. El fundador Adolf Dassler probó varios diseños con rayas y comprobó que, si colocaba tres, lucía mejor en las fotografías.
“Adidas retirará su oposición a la solicitud de marca de Black Lives Matter Global Network Foundation lo más pronto posible”, anunció en un comunicado.
El punto de fricción se produjo cuando la compañía solicitó a la oficina de marcas registradas que rechazara la petición de BLM –que se convirtió en un auténtico poder fáctico con las protestas tras la muerte de George Floyd en mayo del 2020– de utilizar un logo con tres rayas paralelas de color amarillo. La solicitud la presentó en noviembre del 2020 para ser utilizada en prendas de ropa y bolsas.
La empresa especificó este lunes su oposición a esa iniciativa al presentar su denuncia en un tribunal de EE.UU. El diseño de las tres rayas amarillas llevaría a la confusión, sobre todo porque la iban a aplicar a productos similares a los que también comercializa Adidas, argumentaron.
“Ese distintivo tiene una gran fama internacional y reconocimiento público”, subrayaron los alemanes. Los consumidores, familiarizados con esa divisa, “asumirán que esos productos tienen el mismo origen”, prosiguió en su reclamación.
Este tipo de conflictos no son ninguna novedad para la compañía. La marca ha planteado más de 90 pleitos por asuntos similares. También ha llegado a al menos 200 acuerdos para zanjar disputas a costa de sus icónicas rayas desde el año 2008.
Así consta en los documentos aportados en su denuncia contra la firma de moda de Thom Browne, quién echó mano de un diseño con cuatro rayas. Browne replicó que la confusión entre las dos marcas era difícil, entre otras razones por el número diferente de rayas. Se salió con la suya y un jurado le dio la razón el pasado enero al concluir que el diseñador no había vulnerado los derechos de la marca deportiva.
A pesar de la derrota, Adidas perseveró contra BLM. El revuelo que se organizó al trascender su iniciativa judicial, en una época de contrición por los daños causados a los afroamericanos, que no cesa, llevó a replantearse el pleito. Su pugna por las tres rayas solo podía ser pésima publicidad.
El grupo en defensa de los derechos de los negros hizo un diseño de tres rayas paralelas amarillas para su material