La Vanguardia

Serret reafirma ante el TSJC que el 1-O eligió obedecer al Parlament

- Toni ño il ia ino osa Brusela.r

La consellera de Acció Exterior, Meritxell Serret, hizo ayer una defensa cerrada del referéndum del 1 de octubre del 2017, en su comparecen­cia ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), que la juzga por desobedien­cia. Serret, que llegó al tribunal arropada por la cúpula de ERC y el Govern de la Generalita­t casi en pleno, encabezado por el presidente Pere Aragonès, se limitó a leer una declaració­n de diez minutos, en la que defendió que, como miembro del gobierno Puigdemont, facilitó el 1-O tras “ponderar” el equilibrio entre el cumplimien­to de los requerimie­ntos del Tribunal Constituci­onal, que había declarado ilegal el referéndum, y el “mandato democrátic­o” de la mayoría independen­tista del Parlament. “El 1-O no fue delito, votar no es delito”, subrayó.

El juicio fue un visto y no visto, duró menos de tres horas, no declaró ningún testigo, y la consellera se limitó a leer una declaració­n. Todas las partes evitaron invertir mucho tiempo en un juicio en el que nadie duda que el desenlace será similar al que tuvieron los exconselle­rs Santi Vila, Carles Mundó o Meritxell Borràs, que fueron condenados a un año y ocho meses de inhabilita­ción por un delito de desobedien­cia, el mismo del que se acusa a Serret.

La actual consellera de Exteriors se negó a responder a todas las partes, incluso a su abogado, y optó por leer un escrito en el que defendió que el referéndum del 1 de octubre “no es un crimen” y abogó por resolver “el conflicto político” en Catalunya a través “de la política y la negociació­n”.

La fiscal, Neus Pujal, advirtió a Serret que en este juicio “no se están criminaliz­ando ideas ni se ha sentado en el banquillo a ningún votante del 1 de octubre. El pensamient­o no delinque. No vamos a acusar a nadie por sus ideas y su pensamient­o”, al tiempo que recordó que lo que se está juzgando es “haber desobedeci­do los requerimie­ntos” del Constituci­onal que indicaban que había que paralizar el referéndum. La Fiscalía mantiene su petición para Serret de un año de inhabilita­ción y 12.000 euros de multa por desobedien­cia grave.

Entre los miembros de ERC que acudieron en apoyo de Serret, a las puertas del TSJC, estaban la expresiden­ta del Parlament Carme Forcadell y los exconselle­rs Raül Romeva y Dolors Bassa, todos ellos condenados a penas de cárcel por el 1-O, y el concejal de Barcelona Ernest Maragall, además de los dirigentes de Junts Laura Borràs, Jordi Turull y Josep Rius; los diputados Carles Riera y Eulàlia Reguant, de la CUP, y el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, y representa­ntes de la ANC.C

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Dcdn /NSLDGNC Serret, entrando en el TSJC

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