La Vanguardia

La balsa que tapan en Llinars

- Julià Guillamon

En Llinars del Vallès llenan de escombros una balsa, después nos quejamos de que se va todo a hacer puñetas

Algunos de ustedes recordaran que los últimos días de febrero concentrar­on una actividad sexual frenética. Que los sapos llegaron a la balsa desde sus escondrijo­s invernales, y que la bacanal terminó con un rosario de bolitas negras fecundadas por los machos a medida que las hembras las iban expulsando. Estos huevos negros estuvieron un par de semanas enredados en las plantas que caen en la balsa. Cuando aumentó un poco la temperatur­a tras unas noches frías, vino una segunda tanda de orgías, seguida de una puesta masiva. Después se ha producido algún rollito primaveral, pero ha sido una cosa esporádica. He estado controland­o los huevos a la espera de la aparición de los renacuajos. El 12 de marzo, en torno a una madera vieja, apareciero­n los primeros: treinta o treinta y cinco bolitas negras, sin cola. La noche del sábado, antes del cambio de hora, subo a ver cómo están mis niños.

Me he comprado una linterna potente para inspeccion­ar el fondo. Llego con luz diurna. Es una balsa de barrera, construida sobre un arroyo que queda interrumpi­do: el agua, limpísima, desborda por un desguace. Me siento sobre la pared de piedra a esperar que se ponga el sol. Dos ranas empiezan a croar con intencione­s libidinosa­s. Empieza una: croac, croac, croaaaaac. Dos señales cortas y una larga, con un intenso

vibrato. Responde otra: corta, corta, larga. ¡Han ligado! En torno a la pared de piedra una red metálica impide que las hojas de castaño y de roble obturen el desagüe. Los pequeños renacuajos de sapo ya han desplegado la cola y nadan entre la pared y la reja, cada vez con mayor descaro. Otros holgazanea­n por el fondo. En las plantas medio sumergidas hay larvas de salamandra y tritón. Las salamandra­s son más moviditas, se propulsan por el agua golpes secos y entran en el plano que estoy filmando. Los pequeños tritones caminan con las branquias desplegada­s como plumeros prehistóri­cos. Si amplio la imagen, se ve una gran cantidad de puntos negros: los bichos que se disponen a devorar. Junto a la reja veo una larva de libélula. Es larga y delgada, blindada como una gamba. Mientras intento filmarla aparece una salamandra asustada por la luz. Empieza a nadar siguiendo la curva de la reja, con golpes de cola sexys. Llega a una rama que tiene pegadas piedrecita­s y palitos y que... “se mueve! Parece un cangrejo ermitaño: la carita y la patas como pasta que asoma de un tubo. Pregunto a mis amigos naturalist­as y me dicen que puede ser la larva de un tricóptero. Dentro de su estuche de ramas y piedrecita­s hará la metamorfos­is y se convertirá en una especie de mosquito. De vuelta a casa, en otra balsa que tiene un agua más turbia, distingo a un tritón adulto, que me ve y se esconde debajo de una hoja.

Todo esto lo estamos echando a perder, cubriendo las balsas, como pasa ahora mismo en Llinars del Vallès, con una balsa que están llenando de escombros. Después nos quejamos de que se va todo a hacer puñetas. Qué vergüenza.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain