Las duras obligaciones de la madre gestante según un contrato en Ucrania
Desde el 2020, Estados Unidos se ha convertido en el país al que más familias españolas acuden para buscar un vientre de alquiler, pero hasta esa fecha Ucrania era el país que lideraba las estadísticas.
En cualquier caso, siempre se redacta un contrato entre la madre gestante y la familia contratante, que detalla los derechos y obligaciones de cada una de las partes, especialmente de la madre gestante. Y en él se deja claro que el objeto del contrato es que los padres biológicos “encargan” un bebé y la madre de alquiler “se compromete a llevar a término el embarazo y dar a luz el bebé con ayuda de las técnicas de reproducción asistida”. En el 2019, La Vanguardia tuvo acceso a uno de estos contratos y explicó las condiciones, en muchos casos draconianas para la mujer gestante, que eran estas:
Debe facilitar toda la información de su estado de salud, en especial, de las enfermedades hereditarias, venéreas, mentales y todas las padecidas “ahora y con anterioridad”, incluso las enfermedades de sus familiares. Además, debe presentar un certificado de antecedentes penales y pasar el reconocimiento médico en el centro elegido por los padres y seguir todos los tratamientos médicos, incluida la reproducción asistida, en el centro escogido. También está obligada a cumplir todas las instrucciones y prescripciones médicas, “incluso en los relativo al régimen del día, la dieta, las relaciones sexuales, la actividad física y la higiene, entre otras, así como tomar los medicamentos indicados y seguir todos los tratamientos necesarios para la “realización exitosa del programa de maternidad subrogada”.
Una vez embarazada no puede consumir alcohol, narcóticos ni medicinas (solo las prescritas), ni fumar. Si los padres biológicos lo solicitan, tendrá que pasar una prueba de alcohol y de drogas. Durante el periodo del embarazo, debe cumplir todas las prescripciones médicas relativas a su vida sexual, a su dieta ... y “no salir del lugar de residencia permanente acordado con los padres biológicos”.
También asume la obligación de interrumpir el embarazo, incluso hacer el aborto selectivo en caso de que así lo aconseje el médico elegido por los padres biológicos.
En el caso de que la madre contratada esté casada debe “asegurar” que el marido vaya a un notario y dé su “consentimiento” y “ausencia de objeciones” a la participación de la mujer.
Y, por supuesto, se tiene que comprometer a no reclamar los derechos al bebé “nacido por ella” ni “obstaculizar” la entrega a los padres legítimos. “Por deseo de los padres biológicos”, la madre deberá trasladarse a Kyiv desde el séptimo mes de embarazo “sola, sin familiares y otras personas que la acompañen”.
Por su parte, la única obligación de los padres contratantes es pagar lo acordado. Los contratos solo enumeran sus derechos, entre el que destaca poderosamente el de solicitar a la mujer contratada el “aborto terapéutico” en caso de una patología del feto que puede causar problemas graves para la vida y salud del niño si tres profesionales competentes lo confirman.c