La Vanguardia

La inflación frena al 3,3% al compararse con el 2022, cuando estalló la guerra

La tasa subyacente se reduce solo una décima en marzo y se sitúa en el 7,5%

- Jaume Masdeu

Ha sucedido lo esperado, una caída espectacul­ar de la inflación interanual, que ha pasado del 6% en febrero al 3,3% en marzo, la tasa más baja en año y medio. Pero el dato hay que ponerlo en contexto. Semejante reducción tiene mucho que ver con un efecto estadístic­o. La inflación interanual se obtiene comparando la de este mes con la de marzo del año pasado, y aquel fue el mes en que se dispararon los precios de la energía a consecuenc­ia de la guerra de Ucrania. La inflación rozó aquel mes de marzo el 11%.

Y mientras la inflación general se desploma por este denominado efecto escalón, la subyacente, la que no tiene en cuenta ni energía ni alimentos frescos, baja una sola décima y se sitúa en el 7,5%. La buena noticia es que se frena, después de encadenar cuatro meses consecutiv­os al alza; la no tan buena es que sigue a un nivel altísimo, lo que demuestra que las tensiones inflacioni­stas de fondo siguen presentes.

Al 3,3% de inflación general se ha llegado al comparar un precio de la energía a la baja este mes con un aumento del 18% en marzo del 2022. Este efecto base presionará significat­ivamente a la baja la inflación este primer semestre del año, provocando una montaña rusa de resultados. Por ejemplo, se prevé que vuelva a subir en abril y que caiga en junio.

En cualquier caso, el buen dato de marzo no es el final de la tensión inflacioni­sta. “La inflación subyacente sigue alta, y aunque probableme­nte empezará a bajar a partir de ahora, lo hará de manera gradual. Por otro lado, hacia final del 2023 tendremos el efecto base opuesto en los precios de la energía debido a la gran caída en la parte final del 2022, lo que impulsará la inflación hacia arriba”, afirma Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxfords Economics.

Por su parte, María Jesús Fernández, de Funcas, precisa que el dato de marzo no supone que haya habido “un cambio brusco en el comportami­ento de los precios”, y apunta a los vaivenes que observarem­os . “El mes que viene la tasa volverá a subir, habrá oscilacion­es arriba y abajo a lo largo de todo el año, por los efectos estadístic­os”, añade Fernández.

Esta gran oscilación de la inflación general que se producirá en los próximos meses es lo que explica también las repetidas declaracio­nes de la vicepresid­enta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, de que en esta primera parte del año se espera “una alta volatilida­d” de la inflación dado que la tasa interanual se comparará con los momentos más turbulento­s del inicio de la guerra.

Por otro lado, la inflación subyacente ha descendido una décima respecto al mes anterior, y se sitúa en el 7,5%. Es el primer descenso, aunque mínimo, de esta tipo de inflación desde el pasado septiembre. De esta manera se encadenan cuatro meses consecutiv­os con la inflación subyacente por encima del 7%. Es un indicador menos volátil que la inflación general y su elevada tasa es una in

dicación de que las presiones inflacioni­stas siguen presentes.

“Es un alivio esta bajada de la subyacente, aunque sea solo una décima. Indica que sigue habiendo tensión inflacioni­sta pero no a los niveles anteriores”, afirma María Jesús Fernández, de Funcas. La previsión es que descienda muy gradualmen­te, con un rebote limitado en los meses de verano.

Por otro lado, se espera que el precio de los alimentos siga al alza, aunque el dato adelantado ayer por el INE no proporcion­a este nivel de detalle y habrá que esperar a la versión completa el 14 de abril. Los alimentos se han convertido en el gran problema de la inflación, tanto por sus aumentos de récord, más del 16% en febrero, como porque no hay margen para esquivar su compra, y además, por el impacto que tienen en las rentas más bajas. Mientras sigue la polémica sobre el traslado de costes de las empresas a lo largo de la cadena de alimentaci­ón y el Gobierno anuncia medidas de vigilancia que no se concretan, todo indica que todavía no han llegado al pico de su subida.

Desde el Ministerio de Economía destacan el buen comportami­ento de la electricid­ad y los carburante­s en este mes de marzo, que han seguido descendien­do. “La bajada sostenida del precio de la electricid­ad gracias a la solución ibérica y al resto de medidas adoptadas ha sido clave para que la inflación española se sitúe entre las más bajas de Europa”, afirman.

Por otro lado, los sindicatos insisten en que los elevados niveles de la subyacente muestran que las empresas han repercutid­o los costes a los precios finales. “El Gobierno tiene que tomar más medidas para redistribu­ir la riqueza”, dijo el secretario general de CC.OO., Unai Sordo. A partir de este dato de inflación, en UGT reclamaron a la CEOE que se siente a negociar la subida salarial.c

En los próximos meses habrá una gran volatilida­d en la inflación interanual por el efecto base

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Josri Laga / Shaating Los alimentos subieron en febrero más de un 16%
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