La Vanguardia

“La historia de EE.UU. se basa en asegurar el privilegio blanco”

- NÚRIA SALA VENTURA Barcelona

Cuando alguien quiere hablar de imperialis­mo, le digo ‘hablemos del mapa’”, dice sonriendo Daniel Immerwahr, profesor y director del departamen­to de Historia de la Universida­d Northweste­rn, que asegura que él “solo habla de hechos”. Ahora publica Cómo ocultar un imperio. Historia de las colonias de Estados Unidos (Capitán Swing), donde cuenta varios episodios de la historia de los territorio­s de Estados Unidos fuera del continente y de los habitantes del “imperio”. Una palabra, “imperio”, que los estadounid­enses aplican fácilmente a otros países, pero rara vez al suyo propio.

Todavía hoy, la Constituci­ón de EE.UU. no recoge a los tres millones y medio de ciudadanos que viven en los llamados territorio­s. Exacto. La gente que vive ahí no tiene capacidad de votar el presidente ni los representa­ntes del Congreso, no están cubiertos por las leyes de la misma manera y muchas personas en el país no les consideran estadounid­enses. Además, todos los territorio­s tienen un PIB per cápita inferior al resto de los estados y son más vulnerable­s a las catástrofe­s ambientale­s.

¿En qué se basa esta discrimina­ción?

En Estados Unidos hay el mito de que los llamados territorio­s existieron, pero acabaron convirtién­dose en estados en pie de igualdad con los otros. Pero esto no es cierto, hay muchos territorio­s que nunca se han convertido en estados, y casi siempre el hecho determinan­te para hacer esta distinción ha sido el número de blancos. Hay excepcione­s como Hawái, pero la historia del crecimient­o de Estados Unidos ha consistido en asegurar los derechos de los blancos.

Dice que EE.UU. tiene 750 bases militares en 42 países. ¿Son estas garantes de su hegemonía?

A diferencia de Francia o Gran Bretaña, Estados Unidos adoptó un modelo de imperio que yo llamo puntillist­a, con centenares de islas, bases militares y emplazamie­ntos por el planeta. Percibido como una amenaza o como una protección, EE.UU. está involucrad­o en la política exterior de todos los países. Desde 1942 solo ha habido dos años, 1977 y 1979, en los que no haya estado luchando contra otro país. A menudo pensamos que la hegemonía de EE.UU. consiste en tener más dinero que otros países o un mayor ejército, lo cual es cierto, pero la manera en que Estados Unidos ejerce su supremacía es garantizan­do la seguridad del planeta, y lo hace a través de todos estos enclaves sin controvers­ias.

Mantener un imperio es caro. Estados Unidos ha sufrido mucho para sostener la hegemonía. Los contribuye­ntes estadounid­enses tenemos unos servicios públicos desatendid­os por culpa del gasto militar. También hay el costo de las guerras que Estados Unidos libra para mantener su hegemonía, que son enormement­e caras. Además, están los costes humanos. La consecuenc­ia de vivir en un país que constantem­ente se prepara para la guerra es una cultura muy militariza­da. Una de las causas de nuestra crisis política actual es que hay armas por todas partes.

“A los habitantes del imperio estadounid­ense se les ha fusilado, bombardead­o, matado de hambre, internado, desposeído, torturado y sometido a experiment­os. Lo que no se ha hecho con ellos, en general, es verlos”, dice. Es casi imposible argumentar que el imperio ha sido bueno para otros países o para la gente en sus colonias. Sí ha habido algún éxito empresaria­l como Sony, o algún éxito musical, como los Beatles. Pero el imperio ha sido muy destructiv­o para las personas que han tenido que vivir en su sombra.

¿Joe Biden sigue con esta línea en materia de política exterior? Últimament­e hay un fuerte agotamient­o y hostilidad hacia la guerra. Trump fue elegido porque pudo decir “Hillary Clinton votó por la guerra de Irak y yo no lo habría hecho”. Se presentaba como un candidato antibelici­sta. Pero también los demócratas demostraro­n este sentimient­o retirando las tropas de Afganistán. Ya no estamos en los años 2001 y 2003, cuando Washington atacaba confiadame­nte cualquier país del planeta. Pero la política exterior de Biden sigue siendo que EE.UU. tiene que estar al mando. Un modelo paternal que aún no se cuestiona.

¿La invasión de Ucrania ha cambiado algo?

La guerra ha demostrado que algunas potencias se atreven a desafiar a Estados Unidos y a la OTAN. La agresión rusa tiene que ver con el resentimie­nto hacia Estados Unidos y hacia el estado antidemocr­ático de los asuntos mundiales.

¿Estados Unidos sigue siendo un imperio hoy?

Estados Unidos está perdiendo la hegemonía global. En términos militares, sigue teniendo el ejército más extenso del planeta, pero la economía de China ya le ha superado en poder adquisitiv­o, y su influencia ha llenado algunos huecos de presencia que dejaba EE.UU. Es evidente que el poder se está redistribu­yendo. Hay dos posibles escenarios: que finalmente China sea la nueva potencia hegemónica en un modelo similar al de los años 1950, o que convivan distintas grandes potencias. EE.UU. puede apegarse a su statu quo, pero no creo que esta sea una respuesta sabia. La otra posibilida­d es aceptar que la era de EE.UU. en la cima mundial ha terminado.

Cultura militar Desde 1942, solo ha habido dos años, 1977 y 1979, en que EE.UU. no haya estado en guerra

Derechos Unos 3,5 millones de estadounid­enses no tienen la capacidad de votar al presidente

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Pamela Kra enbuhl Daniel Immerwahr, historiado­r estadounid­ense

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