Gemma Ruiz alaba el genio de Maria Aurèlia Capmany en el pregón de Sant Jordi
La autora de ‘Les nostres mares’ llena el Saló de Cent de reivindicación feminista
La sabadellense Gemma Ruiz Palà sacudió el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona en un llamamiento del feminismo reivindicativo que está harto del patriarcado que todo lo ensucia. Y para que su Pregón de la Lectura de Sant Jordi hiciera temblar las bóvedas y las maderas policromadas del techo de esta sala noble (tan históricamente representativa en todo del poder masculino), se valió del genio (en sentido gruñón y en el de su imponente creación literaria y ensayista) de Maria Aurèlia Capmany, a quien “invocó y reclamó”.
La ganadora del último Sant Jordi con Les nostres mares habló de esta madre que “fumaba puros” como la mujer con que se mira al espejo y que habría querido descubrir antes: “Ay, si yo te hubiera conocido con 15 años... ¿Sabes que no llegué a tu ensayo La dona a Catalunya hasta que ya rozaba los 45 años? Me da vergüenza, querida Maria Aurèlia, y aún me da más rabia que nadie me hubiera avisado de que quien me explicaría el gran malentendido del mundo, mejor aún que Betty Friedan, Simone de Beauvoir, Adrienne Rich y Gloria Steinem, serías tú: con la sabiduría de todas ellas, pero desde aquí y con la lengua rica y genuina que, como tú, yo también aprendí de mis abuelas del Vallès. Si con 15 años hubiera podido leer tu diagnóstico claro y catalán del origen, las causas y las estrategias de este sistema machista y misógino, ay, si lo hubiera hecho... no les habría salido tantos años gratis tomarme el pelo, no”.
La novelista alabó la capacidad de trabajo y profundidad de los escritos de Capmany y su riqueza literaria y criticó el vacío que se le ha hecho como una muestra más del control mezquino, por machista, de lo que se considera cultura: “Si no hubieran empequeñecido tu genialidad, también me habrían tenido que explicar que eras una de las novelistas más importantes de la literatura catalana contemporánea (...). Y, claro, habría visto que y tanto que era posible escribir las vidas de las mujeres de otra manera distinta a como las habían escrito ellos. Ellos, los que sí que me habían hecho visibles, necesarios, obligatorios: gi
La ganadora del Sant Jordi lamenta el vacío histórico de la ‘cultura’ hacia la escritora barcelonesa
gantescos. Si hubiera leído tus novelas mucho antes de los cuarenta y cinco, haría tiempo que habría podido constatar que el canon llevaba los papeles mojados, y que sí que había protagonistas de ficción que podían revelarme las dudas, los deseos, los obstáculos y la rebelión de las mujeres”.
Ante un auditorio muy atento, en este diálogo con Campany le envió un mensaje de esperanza: “Te quiero hacer saber que llamarse feminista, a día de hoy, ya no suena a apestada. Te encantaría ver la multitud de jóvenes que se sienten feministas, que se llaman así abiertamente: ¡felizmente!”. Y para remachar el clavo, sin avisar a la organización, Ruiz anunció que pondría en marcha un purito (Reig Minor, para más datos) en honor a la escritora y que lo haría con la mano izquierda (con cierto estilo, por cierto). Y el humo feminista apestó las bóvedas y las maderas policromadas del Consell de Cent.