Frágil, combativo
Sold out en el Guitar BCN con Nacho Vegas. El asturiano está protagonizando un segundo asalto de la presentación de su álbum Mundos inmóviles derrumbándose, aparecido el año pasado. Conocedor de tristezas, fragilidades y soledades, Vegas es también un destacado anticapitalista: facetas que van desfilando por un cancionero de gran calidad, que incluyó éxitos anteriores como El hombre que casi conoció a Michi Panero, último bis de la noche. Curiosamente, el programa no incluyó su último single, Opulencia y amén, lanzado a principios de este mes.
Nacho Vegas es un letrista de los más brillantes que uno pueda encontrar en el actual panorama ibérico, con la fortuna añadida de que le acompaña una banda igualmente admirable, integrada por Joseba Irazoki y Juliane Heinemann (guitarras), Ferran Resines (teclado), Hans Laguna (bajo) y Manu Molina (batería).
El pero de la noche radicó en las justas prestaciones vocales de Vegas, particularmente notorias en el tramo final del concierto, aunque sin llegar a zozobrar. Incluso exhibió cierta madera de crooner en El don de la ternura. Aunque los mayores honores deben recaer en Ramón In, donde muerte, heroína y términos que ningún ministerio ha prohibido de momento (“putos y travelos”) arman una estampa triste y cautivadora, reforzada con exquisito tratamiento musical. Fuera de este disco, el viaje a Cómo hacer crac que se marcaron Nacho Vegas y sus cómplices fue otro de los episodios memorables del bolo, envolviendo en lisergia sónica la reivindicación política, mención a la familia Botín incluida.c