La Vanguardia

Petro se erige como la mejor baza para desencalla­r la crisis venezolana

El líder colombiano preside hoy una cumbre internacio­nal para encauzar el diálogo

- Robert Mur Barcelona

El chavismo cumplirá el año que viene un cuarto de siglo en el poder en Venezuela. Y el mes pasado hizo diez años de la muerte de Hugo Chávez y de la llegada a la presidenci­a de Nicolás Maduro, con quien se aceleró el autoritari­smo y la persecució­n de la oposición. En este tiempo, los recurrente­s intentos internacio­nales de negociació­n entre el Gobierno y el antichavis­mo han resultado infructuos­os y han acabado reforzando a Maduro. El experiment­o de la presidenci­a encargada de Juan Guaidó terminó en fiasco. Ni la mediación de Noruega ni la mano dura de Trump lograron nada.

Pero ahora hay un elemento nuevo que abre una vía de esperanza para los siete millones de venezolano­s que se han visto obligados a dejar su país por la situación económica y política. De hecho, son dos factores novedosos: el principal es la llegada al poder de la izquierda en la vecina Colombia, por primera vez en la historia, con Gustavo Petro. El segundo es la guerra de Ucrania, lo que ha propiciado que Washington se acerque a Maduro, interesado por las reservas petroleras de Venezuela.

Petro está decidido a usar su pasado de exguerrill­ero para influir en Maduro, con quien se ha reunido ya seis veces desde que llegó al poder. El mandatario colombiano pretende arrancar del líder chavista un verdadero compromiso para que las elecciones del año que viene sean realmente

Petro propone levantar las sanciones de EE.UU. a cambio de que los comicios del año que viene sean democrátic­os

democrátic­as. ¿A cambio de qué? De levantar o relajar sanciones impuestas por EE.UU. contra el régimen.

El líder estadounid­ense, Joe Biden, recibió la semana pasada en la Casa Blanca a Petro, que hoy presidirá en Bogotá una cumbre de 20 países –incluida España–

para buscar, en primer término, que el Gobierno y la oposición regresen a la interrumpi­da mesa de negociació­n de México. También asistirá el principal asesor de Biden para Latinoamér­ica, Juan González, y el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.

En Washington, Petro habló de un proceso sobre “dos rieles” para resumir su plan: “Un cronograma electoral venezolano con garantías” a cambio de la “desactivac­ión paulatina y progresiva de sanciones”. Biden le dijo que estaría dispuesto a relajar las sanciones siempre que el chavismo dé pasos concretos hacia la democratiz­ación.

Algo se está moviendo, porque Petro cenó el sábado en Bogotá con los delegados de la Plataforma Unitaria, organizaci­ón que agrupa a la oposición venezolana, y el domingo Biden agradeció la mediación del colombiano con este tuit: “Gracias, presidente Petro, por su compromiso de promover los valores democrátic­os en las Américas. Cuando Colombia y Estados Unidos se unen, no hay nada que no podamos lograr”.

En este contexto, Juan Guaidó reclamó ayer su protagonis­mo perdido al anunciar en Twitter que había cruzado “a pie” la frontera entre Venezuela y Colombia para ir a Bogotá y tratar de entrevista­rse con las delegacion­es extranjera­s que asistirán a la cumbre, a pesar de que no forma parte de los delegados de la Plataforma Unitaria. El líder opositor fue ambiguo y no aclaró si piensa regresar a Venezuela o exiliarse, después de las reiteradas amenazas de detención del régimen.

Algunos medios apuntaron ayer que la intención de Guaidó era instalarse en EE.UU., aunque eso le dificultar­ía participar en las primarias opositoras del 22 de octubre como líder de Voluntad Popular. Buena parte de los dirigentes de la oposición han acabado refugiados en Madrid, Miami o Bogotá.

Mientras se intenta restaurar el diálogo, la Plataforma Unitaria convocó ya el año pasado las primarias para elegir a un candidato único que pueda competir contra Maduro, si finalmente hay garantías para los comicios. Además de Guaidó, los principale­s líderes opositores que nunca abandonaro­n Venezuela, como Henrique Capriles, Manuel Rosales o María Corina Machado, figuran entre los candidatos a las primarias. No obstante, la oposición continúa demostrand­o la desunión que la ha caracteriz­ado durante los 24 años de chavismo.

No hay ningún líder opositor que reúna un apoyo considerab­le por sí solo, aunque Maduro cuente con apenas un 22% de aprobación. Según la confiable encuestado­ra Datanálisi­s, el único político venezolano que hoy ganaría unas elecciones por mayoría absoluta está muerto: Hugo Chávez concita aún un 56% de simpatía.

En cualquier caso, de momento, el protagonis­ta es Petro.c

Guaidó reclamó ayer el protagonis­mo perdido al presentars­e por sorpresa en Bogotá

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Susan Walsh / Lapresse Gustavo Petro y Joe Biden, reunidos en el despacho oval de la Casa Blanca, el pasado jueves

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