¿Lo del PP es negacionismo climático?
¿Es el PP un partido negacionista del cambio climático? Esta acusación viene centrando buena parte de los ataques de Pedro Sánchez al principal partido de la oposición. “Vox niega los efectos del cambio climático y el PP no los niega, pero actúa como si no existieran. Unos por acción y otros por omisión, ambos son negacionistas climáticos”, lanzó el presidente del Gobierno el domingo en Fuenlabrada.
El cambio climático ha entrado en el debate político y la Comisión Europea no salió ayer precisamente en defensa del PP andaluz, que pretende legitimar regadíos ilegales en el entorno de Doñana con un trasvase en medio de una tremenda sequía y la desecación de más de la mitad de las lagunas de este enclave natural.
Las autoridades comunitarias temen que el plan de la Junta degrade aún más el humedal, juzgan insuficientes las medidas adoptadas para protegerlo y exigen un uso sostenible del agua y de los espacios protegidos, “especialmente
en el actual clima de severo estrés hídrico”, como muestra la falta de lluvias en abril.
Como partido europeísta, cuando estuvo en el gobierno, el PP se mostró obediente de las políticas comunitarias en materia de cambio climático (secundó el protocolo de Kioto para reducir emisiones y se avino a crear el mercado europeo para comercializar estos derechos). Sin embargo, su práctica política ha alimentado la idea de un negacionismo de bajo perfil.
El último gobierno del PP mantuvo en el cajón muchos meses el proyecto de ley de Cambio Climático;
se subió a la ola de la campaña contra las fuentes renovables, incluyendo el estrafalario impuesto al sol con que se bloqueó el despegue del autoconsumo, y quiso impedir con normas legales el cierre de las térmicas de carbón (grandes focos de CO2) cuando las compañías eléctricas ya querían pasar la vieja pantalla.
El suyo no ha sido un negacionismo trumpiano, histriónico y ni siquiera ruidoso; en todo caso sería discreto, solo verificable con la falta de liderazgo e iniciativa.
Ante las duras declaraciones de Pedro Sánchez, su silencio resulta atronador.