El Gobierno recibe con entusiasmo a Lula pese a las discrepancias sobre Ucrania
Después de cuatro años perdidos del mandato del ultra Jair Bolsonaro, en los que se suspendieron las relaciones bilaterales y en la escena internacional al máximo nivel, el entusiasmo en el Gobierno español es indisimulable. Pedro Sánchez y todo el Ejecutivo – incluida la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que asistió junto a Felipe VI a su toma de posesión en Brasilia a principios de año– reciben así con las máximas expectativas la visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que esta misma tarde clausurará un foro empresarial en la Casa de América en Madrid, en presencia de la vicepresidenta primera,
Nadia Calviño, y del ministro de Industria, Héctor Gómez.
En la Moncloa celebran que esta visita de Lula servirá para relanzar las relaciones bilaterales, económicas, comerciales y políticas entre España y Brasil, con una declaración conjunta y varios acuerdos que se están ultimando. Se trata, a su juicio, de una de las asociaciones estratégicas más relevantes para España, no solo en el ámbito latinoamericano, sino global, debido a la importancia que le otorgan en el contexto geoestratégico. Una prioridad, aseguran fuentes gubernamentales, tras el período de relaciones truncadas durante el mandato de Bolsonaro.
La presidencia de turno española de la UE, que arranca el próximo 1 de julio, coincidirá además con la presidencia de Brasil del
Mercosur –el gigantesco mercado común que integra junto a Argentina, Paraguay y Uruguay–, por lo que Sánchez quiere impulsar el acuerdo comercial con el club comunitario que se paralizó en el 2019 con la irrupción de Bolsonaro. Un acuerdo que fuentes gubernamentales aseguran que abriría enormes oportunidades de crecimiento, inversión y creación de empleo a ambas regiones.
Ahora de nuevo con Lula como presidente, el regreso de Brasil a la escena internacional como actor global es, para el Ejecutivo español, una excelente noticia a la que dan una calurosa bienvenida, tras la etapa de aislamiento que atribuyen a Bolsonaro.
El desacuerdo entre Sánchez y Lula, no obstante, persiste respecto a la guerra en Ucrania, después
de que ambos mandatarios visitaran a Xi Jinping en Pekín. Para el Ejecutivo español, cualquier iniciativa de paz debe contar con el beneplácito de Ucrania, y además depurar las responsabilidades penales de Rusia en la invasión. No obstante, como ocurre con China, en la Moncloa aprecian el esfuerzo
de Brasil por jugar un papel en la resolución del conflicto bélico.
Sánchez recibirá a Lula en la Moncloa mañana, ambos acompañados por una amplia delegación ministerial, tras lo que el presidente de Brasil será recibido en audiencia por Felipe VI en el palacio de la Zarzuela.