Alcaraz, el lleno, bendita primavera
El trofeo Godó acaricia el 10: la asistencia crece en un 14% y el nuevo mito cubre la ausencia de Nadal
El martes, en las gradas de la pista Rafael Nadal, escenario habilitado para 7.400 espectadores, un aficionado voceaba: –¡Si no cabe un alfiler!
Y tenía razón.
A vista de pájaro, el escenario era una bendición. Y también una sorpresa, pues el RCTB no suele colgar el cartel de “aforo agotado” el martes, sino el miércoles.
Antes, quien debutaba en miércoles era Rafael Nadal (36).
Lo hacía a cola del Masters 1000 de Montecarlo, torneo cuyo título ha caído once veces en manos del manacorí, antesala del trofeo barcelonés.
Pues así era el ritual: el domingo, Nadal acostumbraba a imponerse en Montecarlo, y el lunes o el martes viajaba a Barcelona, y el miércoles se estrenaba en el RCTB (y aquí, en Pedralbes, se ha impuesto en una docena de ocasiones).
(...)
Ahora mismo, y hasta nueva orden, son los tiempos de Carlos Alcaraz (19).
Y en la semana de Montecarlo, se sabía de antemano, el teenager murciano no iba a jugar, agobiado como estaba por las diversas molestias físicas que había ido acumulando en la gira americana.
Y por eso mismo, se sabía también, el murciano había solicitado debutar en Barcelona el martes, que no el miércoles. Y de ahí que la pista central, en aquel martes, luciera como en un miércoles.
O como en una final de domingo,
La consecuencia ha acabado siendo magnífica para el torneo.
Lleno en martes. Y luego, lleno en miércoles. Y de ahí, hasta el infinito y más allá.
Las cifras hablan.
En este 2023, el acumulado de asistencia se ha ido hasta los 100.189 espectadores, un 14% más que en el 2022, cuando 88.091 almas se habían asomado a Pedralbes (en números absolutos, el saldo es de 12.098 entradas más).
(La organización del torneo ha comunicado también que el RCTB ha reunido a espectadores de hasta cuarenta nacionalidades).
Traducido en ingresos, el aumento en las cifras de audiencia
La edición del 2023 ha demostrado que el torneo goza de buena salud en lo deportivo y en lo económico
ha provocado que el torneo recogiese un 15% más que en el 2022.
Pero más allá de los ingresos por venta de entradas (y ya semanas antes del torneo era difícil conseguir un pase al recinto), el trofeo ha repartido las rentas de este modo: el 16%, por derechos televisivos; el 61%, por patrocinadores; el 21%, por venta de entradas, y el 2%, por otros. Las cifras son magníficas, y ofrecen oxígeno a los organizadores del torneo, que han visto cómo su plan de inversiones (hasta cinco millones a aportar entre el 2021 y el 2025; tres millones de ellos en infraestructuras y los otros dos, en digitalización y sostenibilidad) ya ha sido cubierto en un 80%.
Así que las circunstancias deportivas, y también las económicas, están jugando a favor del torneo, entre cuyas filas figuran quince importantes patrocinadores privados y el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat.c