“Administraciones que dicen amar Doñana la atacan”
Juan Carlos del Olmo, secretario general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, según sus siglas en inglés), pide al PP que retire “de manera definitiva” la proposición de ley tramitada en el Parlamento andaluz para “regular” los regadíos ilegales en el entorno de Doñana. WWF denunció hace diez años el robo masivo de agua en el entorno del parque como causa de la desecación de sus lagunas, hoy en situación crítica. Su denuncia condenó a España en el Tribunal de Justicia de la UE por incumplir las directivas de Aguas y Hábitats, por lo que las administraciones están obligadas a proteger el lugar bajo amenaza de multa.
¿Qué opina de la proposición de ley del PP y Vox en Andalucía?
La legalización de estas 1.900 hectáreas de regadío ilegal, como pretenden, es una auténtica barbaridad. Llevamos años luchando contra la expansión de la agricultura de frutos rojos y de invernaderos. Es una proposición de ley que no tiene ni pies ni cabeza teniendo en cuenta el impacto que va a tener en los agricultores y en el plano ecológico.
¿Por qué?
Porque el PP y la Junta de Andalucía se han saltado todas las normas. Nunca he visto un rechazo frontal tan grande: de la comunidad científica, la Comisión Europea (CE), el ministerio, la Confederación del Guadalquivir. No hay ni una voz a favor de la propuesta que no sean los propios interesados y el PP y Vox.
Juanma Moreno Bonilla dice que congela la tramitación de la ley durante la etapa electoral.
Es una maniobra electoral. Quieren salir del avispero en que se han metido. Doñana, un patrimonio de la humanidad, no puede estar a expensas de los intereses partidistas del PP en Huelva. Lo único razonable es una retirada definitiva de la propuesta, como ha pedido la CE y la ciencia.
¿Qué ha aprendido en este largo litigio para defender Doñana? Siempre nos hemos encontrado con administraciones que dicen amar y defender Doñana al tiempo que la atacan con proyectos absolutamente incomprensibles, como urbanizaciones, oleoductos, carreteras y sobre todo con la expansión de la agricultura.
¿Sigue pasando?
Sí, porque el presidente de la Junta dice que Doñana es una joya, pero promueve un plan que puede ser catastrófico para el espacio natural. No evolucionamos. Sorprende la falta de conocimiento sobre la ecología de Doñana que muestran los políticos.
¿Siempre ha sido así?
Hay políticos que piensan que Doñana se conserva con unos límites administrativos en el parque sin entender que lo que ocurre a su alrededor, como los regadíos relativamente alejados, le afecta. Hay una Doñana en la superficie, que rodea el parque nacional, de pinares y dunas; y otra, subterránea, el acuífero 277, que lo conecta todo. Esa Doñana nadie la ve.
¿Y qué supone?
Por eso, cuando los políticos, como
Moreno Bonilla, dicen que su plan no afecta a Doñana cometen una falsedad. Claro que le afecta; la conservación del parque nacional y su entorno depende de que haya arroyos, corredores, cultivos y olivar de secano, y de que no todo sea un continuo invernadero.
¿Qué pasará si sigue adelante la proposición de ley tras el 28-M? Haría que saltaran en pedazos los acuerdos alcanzados tras muchos años, y que se reflejaron en el Plan de la Corona Forestal, donde nos comprometimos a avanzar en la regulación de 9.000 ha y dejar fuera 1.900 ha que se acordó que se iban a eliminar. Se causará un daño enorme al parque nacional.
¿Hay algo detrás?
El truco del PP es reconocer unos derechos de agua y satisfacer las expectativas de riego mientras se sigue regando con pozos ilegales. Con ello, se seguiría dañando el acuífero. A la vez, perjudica a los agricultores legales, que están esperando un trasvase (del Tintoodiel). El PP ha vendido a los agricultores la idea de que podrán recibir agua de ese trasvase. Pero la ley (2018) prevé un transporte de agua solo para los legales y para abastecimiento.
¿Qué busca el PP?
Era una estrategia electoral, que ahora rectifica. Detrás de esta ley no hay ninguna intención noble destinada a resarcir a unos pobres agricultores tratados injustamente; no hay ningún derecho a resarcir. Ningún tribunal ha reconocido esos derechos. Han buscado ganar varios ayuntamientos en el entorno de Doñana donde fundamentalmente están radicados estos ilegales. Y lo segundo, aún es más grave, es pura especulación deliberada; se busca lograr unas plusvalías gracias a unas expectativas de riego que hará que el valor de los terrenos se multiplique.
¿Qué hay que hacer en Doñana para cumplir la sentencia? Cumplir la ley. En muchos casos es un territorio sin ley. Y eso quiere decir eliminar los pozos ilegales y sobre todo eliminar estas 1.900 ha de ilegales.
¿Quién debe cerrar los pozos? Las dos administraciones. La Junta tiene competencias para cerrar las fincas y la confederación para cerrar los pozos. Pedimos que la Junta cierre cautelarmente esas fincas; la confederación está cerrando bastantes pozos, pero la Junta no ha cerrado ni una sola hectárea ilegal.
¿Qué más se necesita para cumplir la sentencia?
En la superficie regularizable hay que tender hacia una mayor eficiencia en el uso del agua. En el norte de Doñana hay que frenar el avance de la agricultura intensiva. Hay que recuperar los ríos (Guadiamar, brazo de la Torre) que han sido interrumpidos. Toda su agua que llegaba por el norte a Doñana se la bebe la agricultura intensiva. Tenemos que restaurar masivamente los ecosistemas y hacer que Doñana sea más resiliente frente al cambio climático.
¿Hay que reducir los cultivos de fresas y otros frutos rojos?
Que sean cultivos legales no significa que sean sostenibles; falta mucho. Ante el escenario de cambio climático, a lo mejor no haya suficiente agua para 9.000 ha, y habrá que hacer una reconversión agrícola en la zona y reducir ese número. Falta un estudio serio. Los cultivos que queden deben ser cultivos realmente sostenibles al usar pesticidas o nitratos para que tengan un impacto mínimo.c
Parlamento andaluz “Congelar la ley de Regadíos es una maniobra del PP para salir del avispero” Reconversión
“Que haya regadíos legales no significa que sean realmente sostenibles”