La Vanguardia

Darder es de Primera

El capitán perico dirige una victoria en Vallecas que devuelve todas las opciones de salvación

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Cuando casi nadie creía. Cuando más se necesitaba. Cuando solo valía ganar para poder seguir respirando, el Espanyol logró tres puntos vitales en Vallecas. Tres puntos para volver a la vida, para alargar una ilusión que golpe tras golpe parecía alejarse irremediab­lemente. Apareció Sergi Darder, heroico una vez más, para rescatar a la entidad de la penumbra y los de Luis García se sitúan a solo un punto de la salvación, que marca el Getafe, con tres jornadas todavía por disputarse. Después de tanto penar, el milagro no parece ni mucho menos imposible. El Espanyol, de todas formas, sigue sin depender de sí mismo para ser equipo de Primera División la próxima temporada.

Las lágrimas de Darder a la conclusión del partido reflejaban la tensión vivida en otro ejercicio dramático, a vida o muerte, en el que los nervios volvieron a jugar malas pasadas a muchos jugadores pericos. Conforme la presión aumenta, los errores son cada vez mayores. En Vallecas también hicieron falta buenas dosis de fortuna para evitar el desastre.

Se subió a la montaña rusa de lo absurdo una vez más el Espanyol para recrear otra función repleta de distraccio­nes reprochabl­es y de faltas de concentrac­ión sonrojante­s a lo largo de todo el partido. Aprendió de sus errores frente al Barça Luis García, que en otro de los campos más difíciles de la Liga, decidió proteger a sus laterales retirando a un central (César Montes fue el sacrificad­o) y reforzando las bandas. Recuperó la figura del ancla con la entrada de Calero y el equipo tardó en sentirse a gusto con esta nueva piel.

El equipo de Iraola, que pelea por Europa, salió a resolver rápido el duelo y ahogó a los blanquiazu­les en un primer cuarto de hora de mucho vértigo en Vallecas. Monopoliza­ron la posesión los madrileños mientras el Espanyol tenía bastante con sacarse la presión de encima. En contra de lo que Luis García defiende, tardarían más de veinte minutos en dar tres pases seguidos para desesperac­ión de Darder, sufridor como ninguno.

Las ofensivas locales se dirigieron casi siempre por la izquierda. Coincidió la presencia de los García (Fran y Álvaro), que configuran una de las bandas más peligrosas de la Liga, con la de Óscar Gil, habitual sospechoso en el Espanyol.

El partido fue agradecien­do la prudencia del Espanyol y el Rayo comenzó a atascarse. Los habituales errores en la salida de balón de los visitantes eran penalizado­s en forma de contragolp­es, pero rara vez significab­an peligro para la portería de Pacheco. Y en la primera vez que se asociaron Denis y Melamed, los blanquia zules descubrier­on un nuevo mundo. El balón llegó con ventaja a Brian Oliván en la banda izquierda, y su centro, rechace mediante, lo envió a gol Darder con un disparo seco. Lo hizo sencillo el Espanyol por una vez y se salió con la suya el capitán, que anotaba su sexto tanto en el campeonato.

El gol dio tranquilid­ad al Espanyol, pero los errores en la salida nunca cesaron. Sergi Gómez, Calero y Oscar Gil protagoniz­aron una tarde terrible y rara vez consiguier­on ayudar a su equipo. En uno de esos descuidos, justo antes del descanso, el lateral tocó el balón con la mano en el área cuando no existía apenas riesgo. El consiguien­te penalti lo transformó De Tomás, hipermotiv­ado frente a su exequipo. Perdía la ventaja muy pronto y con mucha facilidad el equipo blanquiazu­l, ayer vestido de rosa.

A la reanudació­n quien más lo quiso, esta vez sí, fue el Espanyol. Melamed dispuso de dos remates francos en los que no demostró la fiereza necesaria. En un nuevo chispazo de la banda izquierda local, Isi remató en el punto de penalti sin oposición, pero el extremo envió el balón a las nubes. En la siguiente acción del partido Darder penalizó ese error. El capitán, inconmensu­rable una vez más, apareció en el medio y comenzó a superar rivales. Mezcla de orgullo y talento, el de Artà se frenó en la frontal y envió el balón al poste en un delicioso gesto técnico. Cuando la ocasión parecía perdida apareció milagrosam­ente por allí Melamed para hacer el segundo.

A partir de ahí, el Espanyol defendió mejor pese al acoso a la desesperad­a de su rival. Dispuso del tercero Puado en un mano a mano que silenció Vallecas. Hasta el final, no podía ser de otra manera, sufrió el equipo perico. Pero esta vez negó su mala suerte y sobrevivió para a empezar reescribir un final de curso que parecía funesto.

A falta de tres jornadas, el Espanyol está a un punto de los puestos de salvación, que marca el Getafe

 ?? Dani Duch ?? Sergi Darder celebró con rabia el primer gol de su equipo en Vallecas; el tanto de la victoria también lo fabricaría él
Dani Duch Sergi Darder celebró con rabia el primer gol de su equipo en Vallecas; el tanto de la victoria también lo fabricaría él

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