Un Barça con ganas de volver a casa firma una triste despedida de Kaunas
El Mónaco acaba tercero en la ‘final four’
Como Belgrado, Colonia, Zaragoza y tantas otras, Kaunas ya forma parte de la leyenda negra del Barça, cuya incapacidad para dar la cara en una final four ha sido incluso capaz de manchar el buen nombre de la ciudad natal de su entrenador. Condenado a la penitencia de jugar por el tercer y cuarto puesto tras su derrota en semifinales ante un mermado Real Madrid, el equipo de Jasikevicius mantuvo la misma tónica y se subió raudo al avión de regreso a Barcelona con otra derrota ante el Mónaco. Cabe resaltar también que la motivación de los del principado en su primera irrupción entre los cuatro primeros de Europa era mucho mayor que la de los blaugrana, con más ganas de volver a casa que de jugar a baloncesto en el Zalgirio Arena.
El Barça logró su primera y única ventaja de todo el partido merced a un tempranero triple de Abrines, pero, a partir de ahí, el duelo se convirtió en la esperada flagelación para los azulgrana.
Una canasta sobre la bocina del primer cuarto de Strazel trazaba el guion del partido (2413). Corría y quería más el Mónaco ante un rival aún demasiado afectado psicológicamente por la derrota de semifinales, que tiene mucho trabajo por delante para pasar el luto y ponerse las pilas para los playoffs de la Liga Endesa. Aunque hubo algún jugador como Kalinic cuya apatía sobre el parquet fue alarmante.
La diferencia de intensidad provocó que el marcador poco a poco se fuera ampliando. Un inspirado Diallo ponía la directa sin más oposición que los triples de Mirotic, el máximo anotado del partido (15) –“¡A buenas horas!’, pensará el propio jugador, muy afectado por lo ocurrido el viernes–. Blossomgame estiraba hasta el 44-26 antes del descanso, pero la tormenta aún no había acabado.
Un par de alley-oops entre Jolubaitis y Nnaji fueron la única salsa que puso el Barça hasta el final porque incluso los suplentes del Mónaco fueron capaces de ampliar hasta el 70-49. Una última reacción blaugrana minimizó el drama. Todos se querían ir de Kaunas, incluso Jasikevicius.c