Los relevos en alcaldías ponen en jaque proyectos controvertidos
Infraestructuras de transporte, urbanismo y equipamientos se ven afectados
Hay proyectos de ciudades que suscitan fuertes controversias. Algunos han sido fundamentales para los hasta ahora alcaldes y se ven amenazados por los cambios al frente de los ayuntamientos que se producirán el próximo sábado. La conexión del tranvía barcelonés por la Diagonal es el caso más conocido. Ada Colau la ha defendido a capa y espada en los dos mandatos en que ha gobernado. Tras muchos estudios y una fuerte batalla política, logró que empezase a construirse la primera fase, que ejecuta de acuerdo con la Generalitat. Pero, si Xavier Trias se hace con el bastón de mando –es el que tiene más posibilidades–, la segunda fase podría quedar paralizada puesto que el candidato de Junts ha dicho por activa y por pasiva que no completará la conexión entre Verdaguer y Francesc Macià. Aunque habrá que ver cómo entran en juego los acuerdos políticos que precisaría para gobernar, puesto que solo tiene 11 de los
41 concejales. Hay otros ejemplos de proyectos afectados en Girona, Tarragona, Lleida, Sant Cugat del Vallès y Badalona que se explican en estas páginas.
De vuelta al tranvía de Barcelona, las obras para extender el Trambesòs desde Glòries hasta Verdaguer avanzan a toda máquina. Esta misma semana, expertos en la materia de diferentes partes del mundo que asistían a la cumbre del transporte público celebrada en la capital catalana han visitado los trabajos para tomar nota de la integración urbanística que se está llevando a cabo. La previsión es que las obras finalicen a principios del próximo año para que el tramo entre en servicio en marzo. La redacción del proyecto de la
segunda y última fase, desde Verdaguer hasta Francesc Macià, que posibilitaría la integración con el Trambaix, ya se está haciendo. La idea del gobierno municipal saliente era poder iniciar las obras nada más finalizar las ahora en curso. Pero Trias ha dicho que ni hablar. Es conocida su oposición a este proyecto y, en el caso de que vuelva a ser alcalde, no tendrá
Trias y Collboni han sido muy críticos con transformaciones urbanas que Colau ha considerado claves
más remedio que aceptar la fase que se está ejecutando, pero puede dejar en el aire la pendiente, que es la que realmente le da sentido. Se da la circunstancia de que Damià Calvet, el número cinco de su lista electoral, firmó las obras que se están acometiendo cuando era conseller de Territori. Y siempre se ha mostrado a favor de completar el proyecto, cuestión sobre la que ha evitado pronunciarse desde que entró a formar parte de la candidatura de Junts al Ayuntamiento.
¿Qué propone Trias para el tramo de la Diagonal que se quedaría sin tranvía? Reformar la avenida siguiendo el modelo aplicado entre Francesc Macià y el Cinc d’oros, que fue el que él impulsó cuando fue alcalde y que inauguró en marzo del 2015, poco antes de las elecciones que perdió y abrieron la etapa de Colau. El alcaldable de Junts siempre argumenta que su predecesor en el cargo, el socialista Jordi Hereu, hizo una consulta ciudadana en el 2010 sobre la transformación de la avenida en la que se plantearon dos opciones en las que había tranvía y una tercera, que fue la más votada, que defendía no ejecutar ninguna de ellas. En
ese resultado, que él interpreta como un no al tranvía, se basa para no implantar este sistema de transporte allí.
El otro candidato que aún tiene opciones de gobernar, el socialista Jaume Collboni, al inicio de la campaña se mostró favorable a parar las obras durante un mandato para dar un descanso a los vecinos del Eixample después de tantos meses de cortes por trabajos, pero posteriormente rectificó y se comprometió a mantener el plan previsto, apoyado por los alcaldes metropolitanos que defienden también la conexión del Trambaix y el Trambesòs.
Mientras que el tranvía es un asunto que viene de lejos, los ejes verdes del Eixample han sido la actuación urbanística estelar del último mandato de Colau. Su creación como evolución de las supermanzanas ha tenido partidarios y detractores que han alzado la voz también dentro del pleno municipal. En las últimas sesiones del mandato, el grupo de la alcaldesa, Bcomú, se quedó defendiéndolas en solitario. El resto, con mayor o menor intensidad, las han rechazado, incluso el PSC, socio en el gobierno, que anunció, en el caso de que su candidato Collboni fuese alcalde, un parón para evaluarlas y ver cómo y cuándo se hacen más.
Colau tenía previsto convertir una de cada tres calles del distrito en peatonal, como se ha hecho en la primera fase con Consell de Cent, Comte Borrell, Bruc y Girona. Pero Collboni ya dijo que no iría por esta senda y, en su lugar, apostaría por recuperar 30 interiores de manzana.
Junts también ha sido muy crítico con esta actuación en los últimos tiempos. Durante la campaña electoral, Trias se comprometió a hacer una auditoría de las supermanzanas y los ejes verdes en su primer año de gobierno si se hace con la alcaldía. A su juicio, además de pervertir el espíritu con que Ildefons Cerdà diseñó el Eixample, generan problemas. Su intención es paralizar los proyectos que estén planificados inmediatamente “para repensarlos con rigor, con diálogo y buscando siempre el máximo acuerdo posible”. El objetivo de la evaluaciones es detectar el grado de contaminación, limpieza, seguridad, actividad comercial, movilidad o evolución del precio de la vivienda imputables a estas actuaciones urbanísticas. Lo que no funcione se tratará de corregir e incluso podría revertirse, aunque admitió que no echará marcha atrás a grandes obras, como la de Consell de Cent, por respeto a los vecinos.
Otra peatonalización en estos momentos en el aire es la de la ronda de Sant Antoni. Después de meses de negociaciones entre los vecinos, sobre todo del Raval partidarios de la pacificación total y aquellos principalmente de Sant Antoni que prefieren que regrese el bus, el gobierno municipal puso encima de la mesa una solución intermedia que contentó más a los de Ciutat Vella. Los retrasos, sin embargo, pueden frustrar la iniciativa. Si de este modo lo considera, el nuevo gobierno municipal podrá frenar el proyecto con facilidad. Le bastará con no adjudicar las obras.
El impacto de los proyectos en la movilidad, la actividad comercial o el precio de la vivienda, en el foco
La reversión de obras ya hechas no está encima de la mesa, pero sí autorías y correcciones