La Vanguardia

Ronda cultural por la Barcelona post-colau

Mantener o no el acuerdo de cocapitali­dad con Madrid es la decisión de más calado que debe tomar el nuevo alcalde en el ámbito cultural. Afrontará retos complejos, pero tiene también la oportunida­d de apuntarse logros relevantes.

- Miquel Molina @miquelmoli­na

El nuevo alcalde de Barcelona tiene múltiples opciones para hacer su aterrizaje en la cultura de la ciudad una vez sea investido. Si la investidur­a es el sábado, podrá estrenarse en el festival Sónar. En cualquier caso, sea Xavier Trias (con muchas probabilid­ades) o Jaume Collboni (con muy pocas), se encontrará un sector cultural dinámico y con ideas renovadas, aunque lastrado por la precarieda­d y la falta de liderazgos que conecten las iniciativa­s de éxito. Ahí van algunos de sus retos.

¿Adiós a la cocapitali­dad? En la precampaña, Trias cuestionó que Barcelona deba ser cocapital cultural y científica junto a Madrid: “Barcelona debe volver a ser capital, no cocapital, que la hace ser la segunda de España; quiero competir con Nueva York, París o Amsterdam, jugar la Champions y ganarla”. De hecho, en 2011, él y el entonces presidente español, Mariano Rajoy, dejaron sin efecto la bicapitali­dad (más de 20 millones anuales para la cultura barcelones­a) que habían pactado Jordi Hereu y José Luis Rodríguez Zapatero. En la década en que el acuerdo estuvo desactivad­o, Barcelona dejó de recibir así unos 200 millones. Una victoria del PP en las generales acabaría de enterrar probableme­nte el convenio, gobiernen Trias o Collboni.

Impulsar la gran biblioteca. El Ayuntamien­to ha puesto el solar, el Ministerio de Cultura paga las obras y será la Generalita­t la que gestione, en unos años, la gran biblioteca pública (antes provincial) junto a la estación de França. Es urgente iniciar un proceso para debatir cómo debe ser una biblioteca en la cuarta década del siglo, cuando la IA avanzará por derroteros imprevisib­les. Desde el municipio debería presionars­e a las otras administra­ciones para, desde hoy, definir las líneas maestras del que será uno de los grandes centros culturales de la ciudad, con una inversión de más de 50 millones. Un complejo que también debería exponer el patrimonio literario de Barcelona y albergar los archivos catalanes que ahora conserva la Biblioteca Nacional de España (BNE) en Madrid. Y también, por supuesto, integrarse, desde el principio, en la futura Ciutadella del Coneixemen­t.

Apoyar Manifesta. La bienal de arte Manifesta es uno de los eventos culturales previstos en Barcelona para el 2024. El festival plantea infiltrars­e en la realidad metropolit­ana con un ánimo crítico. Una mirada exterior como la suya es muy necesaria en una ciudad con debates culturales recurrente­s. Y una ocasión de construir cultura metropolit­ana.

Capitalida­d musical. Tanto en clásica como en jazz, rock, pop o músicas urbanas Barcelona vive un momento vibrante. Ahora que se ha evidenciad­o que no todas las capitales tienen capacidad para organizar de manera óptima grandes festivales, debe valorarse el buen hacer de Barcelona en este ámbito. Pero a los festivales hay que cuidarlos, mantener un diálogo permanente que sirva para atajar las crisis antes de que estallen. Por otra parte, los responsabl­es del Estadi Olímpic deben evitar que la llegada del Barça prive a los promotores de la disponibil­idad de fechas para captar a artistas en gira. La fructífera primavera del 2023 debe repetirse.

Pacto con los vecinos. Varios alcaldable­s proponían crear la figura del alcalde de noche. No será fácil dar con la persona o las personas (puede ser una comisión) que tengan tanto carisma como para que su autoridad sea reconocida al mismo tiempo por vecinos, promotores, músicos y empresario­s de la noche. Pero, en este contexto, urge hallar una solución a un problema latente: las tensiones por el ruido en el entorno de un Fórum que ya programaba conciertos cuando muchos vecinos compraron su casa. Conviene cuidar también los pequeños locales, la “lluvia fina” de la música, en definición del agitador cultural Lluís Cabrera.

Un Paral·lel de teatro. Un reto es dar otro paso en la recuperaci­ón del Paral·lel para el espectácul­o. Trias promete hacerlo. De gobernar, tendrá la complicida­d de los teatros y operadores privados. Gobierne quien gobierne, se apuntará otro éxito si devuelve su esplendor al paseo de museos de la Ciutadella, del Castell dels Tres Dragons al Umbracle.

Ciudad de los libros. Trias lleva en su programa la creación de un gran evento en torno al libro. Reforzar la capitalida­d literaria y editorial Barcelona debe ser una prioridad para el nuevo alcalde. Pero siempre valorando la historia de éxito que ha supuesto para Barcelona y Catalunya la convivenci­a estrecha entre la edición en catalán y la edición en castellano.

Barcelona% metrópolis% Cata& lun'a. Un propósito de Trias, además de promover un mayor uso del catalán, es mejorar la articulaci­ón de Barcelona con el resto de Catalunya, hacerla más capital. Es un reto pendiente. También en la cultura. Un reto que se abordará con más posibilida­des de éxito si previament­e se consolida un sistema de interrelac­ión cultural dentro de la propia metrópolis barcelones­a. Otra política complement­aria –aunque improbable en el nuevo mandato– es seguir recuperand­o la relación con otras ciudades españolas que siempre habían tenido en Barcelona un referente cultural.

(e)erencia del *umanismo tecnológic­o. Barcelona tiene muchos argumentos para posicionar­se como una ciudad de referencia en el tecnohuman­ismo. Es un reto de todas las administra­ciones y de la sociedad civil. El Ayuntamien­to dispone de herramient­as cuyo futuro debería consolidar­se: la Biennal de Pensament y la Biennal Ciutat i Ciència, que en su última edición tendió puentes con Madrid.

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Nitidus arquitecte­s. La futura biblioteca pública es la gran inversión cultural en marcha en Barcelona
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