La Vanguardia

La conexión musical París-barcelona

La Simfònica del Liceu recibe un aplauso de seis minutos en su debut en la Opéra Bastille

-

Arde París en esta calurosa tarde de sábado de junio, en la que la plaza de la Bastille es tomada, por un lado, por el amarillo de los chalecos y, por el otro, por el de las banderas ucranianas. La protesta encuentra aquí su espacio natural, pero convive pacíficame­nte con el desfile de elegante público que va a asistir a una ópera. Porque París bien vale una. Y no una cualquiera. Si el motivo es el 175.º aniversari­o del Liceu, ha de tratarse por lo menos de un título colosal y raro, como El castillo de Barbazul en versión concierto –un Béla Bartók en húngaro de 1918– con el que la Orquestra del Gran Teatre hace su debut en esta simbólica plaza.

Alexander Neef, el intendant del teatro, oficia de anfitrión de esta velada que para él no debe estar exenta de nostalgia. Pues la Simfònica barcelones­a devuelve ahora la visita que la orquesta de la Opéra de Paris hizo en septiembre a la Rambla, bajo la batuta de Gustavo Dudamel. El intercambi­o entre institucio­nes se sustentaba en la amistad del maestro venezolano con el Liceu, pero las circunstan­cias han querido que, dos años después de firmar como director musical del coliseo francés, haya decidido rescindir el contrato, para estar con los suyos.

“Ha sido como un breve pero muy buen matrimonio. No hemos discutido”, asegura Neef a La Vanguardia. “Creo que no calibró lo que suponía dirigir esta enorme institució­n, pero estamos bien”, añade con circunspec­ción. Lo que importa ahora es este Bartók-barcelona, que “también para nosotros es histórico”.

Con la sala llena a un 75% –de un aforo de 2.500 plazas–, la actuación de la sinfónica liceísta dirigida por Josep Pons y con dos truenos vocales como son Bryn Terfel e Irene Théorin –ambos debutando los papeles de Barbazul y Judith– se ha saldado con el aplauso cerrado del público durante seis minutos. No era para menos en un teatro moderno. Basada en el cuento de Charles Perrault y con libreto en húngaro –se estrenó en Budapest, en 1918–, esta historia mágica y oscura sobre los secretos en una relación amorosa la sirve Pons con magisterio, explotando la riqueza tímbrica y la densidad sonora de una orquesta con 90 músicos –los más de veinte instrument­os que han llegado en camión tienen un valor de dos millones de euros–, y confiando en la capacidad dramática del barítono galés y la soprano sueca.

“¿Qué hay detrás de estas puertas?”, le pregunta Judith a su amado al llegar al castillo. “No quieras saberlo, deja el pasado, confía”.

“Me encanta, es una pieza tan psicológic­a y oscura... Él realmente ama a esa mujer, pero ella no deja de pedir las llaves de las puertas... Oh, por favor, ¡para! Están los dos jugando al gato y el ratón”, explicaba antes del concierto Terfel. “Es mi primera ópera en húngaro, pero es como el catalán, tiene esas vocales del galés, mi lengua. Y esta orquesta es increíble. Y ver a tanta gente de distintas partes del mundo y escuchando el catalán... Me recuerda a mi casa. Los celtas venimos de Galicia y sentimos una afinidad con ese pequeño país que empuja para hacerse un lugar”.

Con el Liceu han viajado las consellera­s de Cultura, Natàlia Garriga, y de Exteriors i Unió Europea, Meritxell Serret. Y han

Neef califica el debut de “histórico” y habla de Dudamel en París: “Fue un buen matrimonio de dos años”

acudido el embajador español en París, Victorio Redondo, y un feliz exministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de la delegación de la Unesco, que se propone celebrar “un concierto de campanas en París”.

La visita a París da también para comparacio­nes: en la enorme sala de la Bastille, la reverberac­ión del sonido es de dos segundos. En el Liceu –con sus terciopelo­s en las paredes y butacas– no llega a uno, mal asunto para la orquesta. Además, tienen la correspond­iente concha que proyecta el sonido...

Salvador Alemany, presidente del Liceu, se despide emplazando a la formación francesa a volver a Barcelona “en ocasión de la apertura del Liceu Mar”, que, con todo el aplomo, fecha en el 2028. Y será ¡en primavera!c

 ?? Elisa Haberer / Elisa Haberer ?? Bryn Terfel e Irene Théorin, en París, con El castillo de Barbazul, junto a la Simfònica del Liceu y Pons
Elisa Haberer / Elisa Haberer Bryn Terfel e Irene Théorin, en París, con El castillo de Barbazul, junto a la Simfònica del Liceu y Pons
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain