La Vanguardia

La bala de plata del PP

- Enric Sierra

Daniel Sirera, concejal electo del Ayuntamien­to de Barcelona por el PP, tiene la llave de la gobernabil­idad en la ciudad. Sus cuatro concejales pueden dar la alcaldía al socialista Jaume Collboni y dejar en la oposición al ganador de las elecciones, Xavier Trias. Su teléfono saca humo por la enorme presión socialista para que impida que Barcelona tenga un alcalde independen­tista. Y Sirera les pregunta por qué se escandaliz­an si el PSC gobierna con los independen­tistas en la Diputación de Barcelona desde el 2019.

Es curioso que resurja ahora la cuestión independen­tista cuando apenas ha aparecido en la campaña electoral. Esta vez, el debate político se ha centrado en una suerte de plebiscito sobre la continuida­d de la alcaldesa Ada Colau. En este contexto, Sirera prometió que evitaría que los comunes siguieran en el gobierno y, por eso, rechaza la operación que le proponen los socialista­s de prestar sus concejales a la suma del PSC (diez) y Bcomú (nueve) para que Collboni sea alcalde. Los populares solo estudiaría­n esta opción si el candidato socialista se compromete, ante notario si es menester, a que tendrá los votos de Bcomú gratis y no incorporar­á a los comunes en el gobierno. El problema es que el PSC sabe que esta exigencia es inasumible para sus socios de Bcomú. En realidad, el PP pide un imposible.

Por tanto, Daniel Sirera puede votarse a sí mismo y permitir que la lista más votada (Trias) acceda a la alcaldía, o bien aceptar la operación que le propone el PSC si estos asumen sus difíciles condicione­s. No obstante, el PP ha hecho cálculos y sabe que si ahora participa de la propuesta socialista perderá su papel decisivo esta legislatur­a porque el gobierno sociocomún no le dará capacidad de influencia. En cambio, si los populares deciden no apoyar ni a Trias ni a Collboni, se guardarán una valiosa bala de plata que condiciona­rá todo el mandato.

Me explico. Trias y Ernest Maragall (ERC) solo suman 16 concejales, cinco menos que la mayoría absoluta y tres menos que la unión de PSC (10) y Bcomú (9). Si Trias accede a la alcaldía como lista más votada, gobernará bajo la amenaza de un bloqueo de socialista­s y comunes. Por eso, el papel del PP tendría una alta cotización porqué podría facilitar la gobernanza de Trias ante el bloque Collboni-colau y, a la vez, se convertirí­a en vigilante ante derivas independen­tistas de Junts y de sus socios preferente­s de ERC. Si se diera esta última circunstan­cia, el PP podría utilizar su bala de plata y propiciar una moción de censura junto con PSC y Bcomú para desbancar a Trias. En cambio, si el PP facilita ahora la alcaldía a los socialista­s, perderían el comodín de la moción de censura porque sus cuatro concejales sumados a los 16 de Junts y ERC no alcanzan los 21 de la mayoría que permitiría echar al alcalde. Este papel de árbitro o sheriff, según se mire, solo lo tendrá Sirera si se guarda ahora la carta del apoyo a terceros. Y a todo lo dicho, veremos qué harán los dos concejales de Vox, que pueden alterar las alianzas.n

El PP será el árbitro de la legislatur­a en Barcelona si no apoya ahora ni a Trias ni a Collboni

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