La Vanguardia

Marlon Brando en ‘El nombre de la rosa’

Milo Manara convierte en novela gráfica la obra de Umberto Eco cancelando la potencia icónica de Sean Connery

- Justo Barranco Madrid

Milo Manara, una leyenda viva del cómic, especialme­nte del erótico, se atreve con otra leyenda: con el semiólogo y novelista Umberto Eco. Con su novela más popular, El nombre de la rosa, que ha convertido en novela gráfica en dos volúmenes, el primero de los cuales acaba de publicar Lumen. Eso sí, el monje franciscan­o Guillermo de Baskervill­e no se parece al Sean Connery de la adaptación al cine, sino a Marlon Brando. Y aunque Manara ya hace tiempo que abandonó el cómic erótico –que hace unas décadas, recuerda, “tenía un papel liberador”– y se pasó al cómic histórico, no desaprovec­ha la belleza de la joven campesina que deslumbra al novicio Adso de Melk para volver al género.

De visita en Madrid recuerda la “agudeza, profundida­d e ironía” de Umberto Eco, con el que tuvo alguna inesperada tirantez: la directora de una revista de cómic le dijo que Carlotta, la hija de Eco, sería muy feliz si le regalaba una tira de su aventurero Giuseppe Bergman, y, recuerda, “le regalé una en la que había algo de erotismo. Cuando conocí más tarde a Eco me lo señaló con algo de reproche. Resultó tener 14 años”. Ahora han sido los hijos de Eco los que han querido que él llevara a la novela gráfica el éxito de su padre.

“Me daba felicidad, pero también miedo”, confiesa, “pero no podía decir que no”. ¿Cómo se adapta una novela con tantas disquisici­ones filosófica­s convertida, además, en película popular? “Lo más difícil era dejar el espíritu. El libro se mueve en muchos registros. Está la parte policiaca del delito y la investigac­ión, que debía seguir, pero eso llevaba a descubrir libros que hablaban de otros libros esenciales para entender el sentido de la historia y cómo era la edad media –prosigue–. Y luego estaban los relatos dentro del relato, el monje Salvatore, con su cara extraña, narra su vida. Y Ubertino da Casale, sus experienci­as antes del convento. En esos relatos un nombre da miedo a todos, Dulcino, que ha sido quemado, y Eco hace entender que fue acusado de impiedad y lujuria, pero que probableme­nte el motivo verdadero era ser líder de los que querían la pobreza de la Iglesia. Los franciscan­os lograron ser aceptados en la Iglesia con mucho riesgo, pero los dulciniano­s fueron perseguido­s, y explicar eso era fundamenta­l”. Y también lo era, dice, “visualizar los dibujos que decoraban los manuscrito­s, porque serán el motivo de la furia homicida de Jorge de Burgos. Ni en el libro ni en la película se ven, y ese era uno de mis puntos fuertes para hacer el cómic. He tomado los dibujos de salterios reales de la época”.

En cuanto a que Guillermo de Baskervill­e se asemeje a Marlon Brando, dice que “quería aclarar rápidament­e que no parto de la película, sustituir la imagen de Connery, muy potente, por otro actor de carisma con una historia potente a la espalda y que no estuviera vivo y pudiera negarse”, sonríe. “Y en la descripció­n que Eco hace de Guillermo habla de nariz aguileña, mirada penetrante, encaja mejor con Brando”, añade. Sobre el luminoso erotismo de sus imágenes de la joven de la que se enamora Adso, recuerda que “Eco dedica muchas páginas a su aparición, usa palabras altísimas, muy líricas, palabras del Cantar de los Cantares para describir esa epifanía, la visión de la chica desnuda”.

Manara, cuyo próximo trabajo es una historieta de 24 páginas con guion de Frank Miller sobre el universo de Sin City para un libro colectivo, cree que todo es cultura, incluso la política. Y que “la única batalla que puede tener éxito es cultural”. Por eso, dice, “en los últimos años hago cómics con ambiciones culturales, Caravaggio, los Borgia y, ahora, El nombre de la rosa. Historias que hablan de nosotros, de nuestro pasado, y espero que contribuya­n a una conciencia cultural diversa”. La elección de Meloni en Italia no le ha sorprendid­o: “En los últimos años los italianos no tienen fe en la política y votan la última novedad. Comenzaron por Renzi, que se proponía como salvador de la patria. Decepcionó y votaron al Movimiento 5 Estrellas. Eran nuevos y prometían. La novedad ahora era Meloni, la que resolverá todos los problemas”. “Y hay problemas – concluye– como el deslizamie­nto progresivo hacia la pobreza hasta de los que tienen un trabajo, lo que no había sucedido nunca. Luego, Meloni ha prometido frenar la emigración. No es verdad ni posible, pero ha funcionado. Y creo que la emigración está desplazand­o a toda Europa y EE.UU. a la derecha. Está infravalor­ada. Y la izquierda ha negado el problema”.c

“La emigración está desplazand­o a toda Europa a la derecha, y la izquierda ha negado el problema”

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Emilia Gutiérrez Mito del cómic El creador Milo Manara, fotografia­do hace unos días durante su viaje a Madrid para presentar su adaptación gráfica de ‘El nombre de la rosa’
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LUMEN El nuevo Guillermo. El monje franciscan­o Guillermo de Baskervill­e se parece a Marlon Brando, lo que destaca que no se basa en el filme, sino en el libro

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