El Barça vuelve a mandar
El conjunto barcelonista se pone por delante en la serie, recupera el factor cancha y mañana tendrá la primera oportunidad de plantarse en la final
El Barça recuperó el pulso y el factor pista en Málaga. El conjunto blaugrana mejoró en actitud y en aptitud para someter al Unicaja en su cancha y situarse a un triunfo de la final de la Liga. El equipo de Jasikevicius mostró una cara más acorde a su caché, resistió las embestidas de los malagueños y en el último cuarto se disparó en el marcador. Hasta seis barcelonistas (Laprovittola, Satoransky, Mirotic, Kuric, Abrines y Kalinic) firmaron diez o más puntos dentro de una solvente función colectiva. El Barça tendrá mañana la oportunidad de cerrar la semifinal, de nuevo en el Martín Carpena.
“Hemos sabido sufrir. Este es el camino si queremos conseguir el título”, señaló el técnico del Barcelona en Movistar.
Pedía Jasikevicius a sus hombres que aumentaran su nivel de energía e intensidad para igualar el entusiasmo del Unicaja. Necesitaba para ello piernas frescas el lituano, que decidió incorporar al equipo a Oscar da Silva y Oriol Paulí, inéditos hasta el momento en la serie, y dar mucha más cancha al brioso Nnaji, que respondió de sobra.
Porque la empresa no se antojaba nada fácil. Le esperaba un Unicaja a tope de revoluciones y, sobre todo, con mucha
convicción en sus opciones. “Hemos de ser nosotros mismos”, resumía el técnico de los malagueños, Ibón Navarro.
Por eso el partido no dio tregua desde el segundo uno en un abarrotado pabellón Martín Carpena, con 10.000 almas. Si el primer día el Barça arrancó mejor y en el segundo hizo lo propio Unicaja, en el tercer envite lo que se vivió fue un toma y daca en cada palmo de la cancha. Un desafío físico y táctico. Un baloncesto más rico que de
costumbre, sin tanto abuso del triple, al menos durante un buen tramo. Por un lado percutía Mirotic, con ocho puntos en el primer cuarto. Por el otro ofrecía el Unicaja la mejor versión de Kravish, con nueve puntos al descanso.
Irrumpían con dinamismo Carter y, especialmente, Perry. Se movía por la pintura Sima. Lanzaba de lejos con acierto Kalinoski. Contestaban por los blaugrana Laprovittola, Abrines y Kuric por fuera y Nnaji con sus muelles por dentro. El partido viajaba en el tiovivo. Siempre con distancias cortas para uno y otro equipo. Ahora mandaba Unicaja. Ahora lo hacía el Barça. Nadie se despegaba. Nadie daba su brazo a torcer. Ganaba el Barcelona 17-20 al final del primer cuarto. Lo hacía Unicaja al descanso (4340). “Habrá que cuidar los detalles”, expresaba Jasikevicius.
Detalles como por ejemplo controlar el rebote defensivo. El Barça se olvidó de hacerlo por un momento y la jugada le salió mal, ya que como consecuencia Laprovittola se cargó con la cuarta falta. Quedaba casi medio partido y los blaugrana tenían que poner en la nevera a uno de sus timoneles. Pero entonces emergió otro: Satoransky. Sus dos triples consecutivos, aderezados con posteriores asistencias a Kuric y Vesely,
Un total de seis barcelonistas firmaron diez o más puntos dentro de una buena actuación coral
impulsaban al Barça, que por primera vez en el partido se sentía superior. Los de Jasikevicius alargaban la coyuntura y se marchaban de siete con un parcial de 4-15. Reaccionaba Unicaja, pero los barcelonistas, a pesar de que Mirotic estaba desaparecido en combate en esa fase, interpretaban bien el partido y entraban en el último cuarto mandando (60-66).
Faltaba por saber si el irregular conjunto blaugrana mantendría la tensión competitiva o sufriría una de sus clásicas desconexiones. Ocurrió lo primero. Porque se fajó en defensa para cortocircuitar el ritmo de Unicaja y porque en ataque se sumaron hombres a la causa, como Kalinic. Un triple suyo puso al Barça camino del triunfo (64-73, minuto 34). Una senda que ya no abandonó.
El equipo blaugrana respira y puede sentenciar la serie mañana.c
Jasikevicius incorporó a nuevos hombres en la rotación y su equipo ganó en energía