La Vanguardia

El jefe de la agencia atómica comprobará si es segura la central de Zaporiyia

- Redacción Barcelona

Un 72% del agua del gran reservorio de Nová Kajovka ya no se encuentra allí, se lo llevó el río Dniéper hasta el mar Negro. Este descenso del nivel podría poner en peligro la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, al perder abastecimi­ento de agua de refrigerac­ión. Pero eso ocurriría a largo plazo. Así se dijo en un principio, ya que la propia piscina de la central contiene agua suficiente para varios meses, pero el director general del Organismo Internacio­nal de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, quiere estar seguro.

Grossi viajaba ayer a Ucrania, haciendo escala primero en Kyiv para dirigirse luego a la central y aclarar “discrepanc­ias” sobre el nivel del agua. El estanque de refrigerac­ión recibe agua bombeada por un canal desde la central térmica de Zaporiyia, a varios kilómetros, y aquí el nivel había bajado seis metros el domingo, según señalaba el OIEA en un comunicado. El bombeo no está ahora activo, y en la térmica también hay agua suficiente.

El 9 de junio, el último de los seis reactores de la planta nuclear fue apagado en caliente (los otros cinco lo están en frío), de modo que genera energía para procesos mínimos. El consumo de agua de refrigerac­ión –también para los residuos nucleares y los generadore­s diésel– es por tanto limitado. Ante todo esto, Rafael Grossi dijo que los técnicos del OIEA llevarían a cabo una “evaluación independie­nte”.

La central nuclear de Zaporiyia no recibe suministro eléctrico de la térmica desde hace meses. De hecho ha sido desconecta­da de la red siete veces desde que el ejército ruso se apoderó de ella el 4 de marzo del 2022, diez días después del inicio de la invasión de Ucrania.

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