Objetivo: propiciar el diálogo y fijar metas claras
Coger el timón, apaciguar a la tripulación y marcar el rumbo para llegar a un puerto de destino. Este será el reto de Anna Simó. Rebajar el malestar y establecer metas claras. Quizás deberá relevar a parte del equipo de Cambray, sustituyéndolo por profesionales que sean conocedores del sector.
En todo caso, su agenda se llenará de reuniones con sindicatos, directores de centro, asociaciones de familias o visitas al Consell Escolar, con cuyos miembros mantiene relaciones muy cordiales tras dejar en el 2021 la presidencia de este organismo. Objetivo primero: propiciar el diálogo.
También deberá marcar las prioridades de su mandato en estos dos años. Recibe una educación en horas muy bajas, pero con multitud de programas en marcha. Y debe elegir cuáles serán sus objetivos. ¿La innovación, la lucha contra la segregación, la educación inclusiva, el uso del catalán o el éxito educativo de los alumnos? Los indicadores de que los niños y adolescentes de Catalunya están quedándose atrás en materia escolar son preocupantes. El abandono escolar subió el último año dos puntos, situándose en el 16,9%, por encima de la media española (13,9%) y del objetivo del 11% marcado por la UE para nuestro país. El rendimiento de los alumnos catalanes sigue descendiendo tres años después de la pandemia.
En comprensión lectora, los niños catalanes de diez años están a un curso de diferencia de los asturianos. El informe Pirls 2021 sitúa a Catalunya en la cola de Europa, tras caer 15 puntos respecto al 2016, el doble de lo que cayó España o la OCDE.
A ello se añaden otros asuntos, como el combate contra la segregación escolar, que ha registrado tímidos avances en los últimos años, pero sigue siendo un caballo de batalla en el que está comprometido el Govern. O la educación inclusiva. O la FP.