“Su legado cultural más importante es haberle dado un sueño a un país”
El dramaturgo italiano Davide Carnevali, que vive entre Barcelona y Alemania y que escribió Confesión de un ex presidente que llevó a su país a la crisis –que en España montó Alberto San Juan– reconoce que como empresario “Berlusconi ha sido un factor económico, ni ha creado problemas a los directores editoriales, ni ha plasmado una dirección clara con respecto a las decisiones culturales”. Pero aún así, advierte, la influencia de Berlusconi ha llegado hasta a su oficio: “Su televisión influyó mucho en los años ochenta en Italia, marcó una cultura popular que también llegó incluso al teatro. Permitió a muchos actores de teatro trabajar en televisión y en ella nacieron programas que llevaron el teatro cómico. Y eso ha influido mucho en la manera de escribir de mi generación, nuestro concepto de lo cómico está bastante influido por su televisión”.
Y luego, dice, “llega el Berlusconi político cuando mi generación empieza la universidad. Y de nuevo marcó época. Cuando dejé Italia, lo hice también porque no veía futuro en la cultura, y eso seguramente llegó con los primeros gobiernos de Berlusconi, que propusieron una visión de la cultura mucho más vinculada al marketing. En Italia el sueño de hacerse rico pasa por el marketing y porque todo el mundo se puede hacer rico fácilmente, como él. Y eso implica no tener que cultivarse. La cultura cuesta fatiga. Un éxodo de gente se buscó la vida fuera, y llegó
“Hizo algo nunca más visto: puso de sponsor del Milan durante un año a la colección de bolsillo de Mondadori”
la sensación de que Italia se había cargado la cultura”.
En ese sentido, resume que “el factor fundamental de la época Berlusconi ha sido cómo ha encarnado un deseo y un sueño colectivo explicando su historia, una persona que no venía de una familia burguesa y ha triunfado, se ha construido él mismo, el sueño americano. Y esto sí que es el legado más importante a nivel cultural que ha dejado Berlusconi. Un legado más americano que italiano, la idea de darle un sueño al país”.
Curiosamente, si hace unos años Berlusconi era demonizado, Cavallero y Carnevali están preocupados por su ausencia.“de algún modo contenía, ahora tengo miedo de que Salvini y Meloni se sientan mucho más legitimados a abrir una nueva etapa, Berlusconi tenía todavía esta herencia algo democristiana, de centroderecha”, dice el autor. “Se ha acabado una época, y en este momento en Italia no sé si esto es bueno o si es malo, viendo lo que está pasando. Él era un moderado, ahora hay un vacío”, concluye el editor.c