Islandia se prepara para una gran erupción volcánica
Evacuada una población pesquera del sur de la isla, cerca de la Laguna Azul
Islandia decretó ayer el estado de emergencia y ordenó la evacuación de un municipio situado 50 kilómetros al suroeste de la capital en previsión de una gran erupción volcánica.
Hace semanas que los sismógrafos detectan temblores de tierra en la península de Reyjanes debido a corrientes subterráneas de magma.
Los 3.400 habitantes de Grindavik, una población pesquera cerca de la Laguna Azul, un spa geotermal que es uno de los principales destinos turísticos de Islandia, cogieron ayer sus enseres personales, cerraron sus casas y se trasladaron a un lugar seguro.
“Es muy probable que el magma se haya extendido por debajo de Grindavik”, según afirmó la Oficina Islandesa de Meteorología.
La corriente tiene unos diez kilómetros de largo y discurre a unos cinco kilómetros de profundidad en dirección al mar. Los temblores, de hasta magnitud 4,8, se suceden desde hace un par de semanas y se intensificaron el viernes. Ayer eran casi permanentes.
“No creo que pase mucho tiempo antes de una erupción, quizás horas o tal vez unos pocos días”, ha asegurado el vulcanólogo de la Universidad de Islandia Thorvaldur Thordarson, a la cadena pública RUV. “Las probabilidades se han incrementado de manera muy significativa”, ha añadido.
Mientras ese momento no llega, las autoridades levantan barreras para proteger la central de Svartsengi, que produce energía para los 30.000 habitantes de la península y han cerrado la Laguna Azul, por lo menos, durante una semana.
Durante los últimos 800 años, los volcanes de la zona –que datan de hace unos 6.000 años– han estado dormidos, pero se despertaron en el 2021, concrevuelos tamente en el sistema Fagradalsfjall, que mide 19 kilómetros de largo por 6 kilómetros de ancho. Desde entonces, ha habido otras dos erupciones, una en agosto del 2022 y otra el pasado mes de julio. Miles de turistas y curiosos se han acercado hasta allí para disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.
Hasta ahora, las erupciones han sido en forma de lava, pero Thordarson no descarta que esta vez pueda darse una de tipo explosivo, lo que obligaría a interrumpir el tráfico aéreo en el aeropuerto de Keflavik, cercano a Reikiavik.
En todo caso, no se espera que esta erupción sea tan importante como la del volcán Eyjafjallajokull en el 2010. Entonces, la nube de cenizas detuvo el tráfico aéreo en Europa durante varias semanas. Más de 100.000 se vieron afectados.
Las cenizas de un volcán son muy abrasivas, pueden averiar el motor de un avión, así como los sistemas de navegación, además de empeorar la visibilidad.
Islandia tiene treinta sistemas volcánicos. La isla está situada justo donde colisionan las placas tectónicas de Eurasia y América del Norte. Pocos lugares de la Tierra tienen tanta actividad geológica.
Las erupciones son frecuentes, pero no suelen afectar a las zonas habitadas. Desde 1973 no había habido necesidad de evacuar un municipio.
No se espera que esta erupción sea tan fuerte como la del volcán Eyjafjallajokull en el 2010