La Vanguardia

El nuevo escenario que abre la amnistía

El alcance de la distensión del conflicto catalán y el intento desestabil­izador de la derecha, primeras claves de la legislatur­a

- SILVIA HINOJOSA/CRISTINA Sen Barcelona

Con más interrogan­tes que certezas, la ley que amnistiará el procés ha iniciado ya su andadura política con el acuerdo del PSOE con los partidos independen­tistas. A efectos legales, la amnistía supondrá el olvido penal de los delitos – también los no juzgados– y borrará los antecedent­es penales de los afectados. Pero la amnistía tendrá además efectos políticos. El nuevo gobierno de izquierdas deberá articular pactos a cuatro manos con los nacionalis­mos catalán y vasco. Es una oportunida­d para el diálogo en la España plural, que incorpora a un actor como Junts al tablero de la política española, en el que ya juega ERC, y puede permitir encauzar una solución al conflicto catalán. Enfrente, una derecha fuerte en términos parlamenta­rios librará una oposición inclemente. Se abre un periodo con oportunida­des, sin duda no exento de riesgos.

De entrada, un primer efecto de la amnistía han sido las protestas de esta semana, con altercados en Madrid. Vienen meses complicado­s durante la tramitació­n de la ley. “La amnistía va a generar una gran polarizaci­ón social, fuertes protestas. Pero ¿qué genera la tensión, el desacuerdo por la amnistía o que la derecha tenga que aceptar que no va a gobernar y lo hará el segundo, el PSOE, y con pactos de este tipo?”, plantea el politólogo Pablo Simón.

Como ocurre en todos los acuerdos políticos, hay una parte pública junto a compromiso­s que no se han puesto por escrito y que se irán desvelando. “Puede haber más concesione­s. Y también se han pactado los desacuerdo­s para que no supongan una ruptura, porque habrá muchos torpedos, en la calle, políticos y en los tribunales, y el PSOE necesita tiempo para hacerse perdonar esto y contrapart­idas para cuando vuelva a las urnas”, apunta.

Simón sí admite que se puede producir una distensión en sectores del independen­tismo, que ya había empezado con ERC. “Pero los operadores políticos tienen que cambiar. El procés ha sido una triturador­a de élites, gobernante­s que tomaron decisiones en contextos de gran incertidum­bre y electricid­ad. Hacen falta cuadros nuevos, que entren con coordenada­s nuevas y puedan bajar la tensión que supone volver siempre al 2017”, subraya.

En el corto plazo, la legislatur­a atravesará momentos de gran estrés. Raimon Obiols, que fue primer secretario del PSC, observa con preocupaci­ón la estrategia de la derecha y la ultraderec­ha, en una línea de “exasperaci­ón nacionalis­ta violenta y cainita”. Temen, señala, perder la última oportunida­d para desestabil­izar el país después de ver que los indultos

El procesismo entra en el rumbo constituci­onal y puede dar estabilida­d a la mayoría progresist­a” Raimon Obiols E% ri&er #ecretario 'el PSC

tuvieron un efecto positivo. Ante las dificultad­es del PP de armar un oposición solvente en el Congreso, indica, ya traslada la presión a la calle y con los jueces.

Pese a esta amenaza, Obiols considera que los procesista­s “están entrando en el recorrido del marco constituci­onal”, lo que puede dar una estabilida­d a la mayoría progresist­a en la legislatur­a. En cuanto al impacto de la ley de amnistía en Catalunya, considera que hablar de que al PSC le puede pasar factura es una tesis “antigua que viene del pleistocen­o”.

Hay varios relatos para analizar el impacto de la amnistía, señala Margarita León, profesora de Ciencia Política de la Universita­t Autònoma de Barcelona (UAB), pero duda de que pueda leerse como una apuesta por la convivenci­a. El acuerdo tiene una lógica de poder y ha resituado a Carles Puigdemont y a Junts, con escaso apoyo electoral, señala, en un

punto en el que no estaban, saliendo victorioso­s en la pugna con ERC. No cree esta politóloga que Junts tenga intención de resolver el conflicto político.

En cambio, observa que el debate sobre la amnistía “nutre y rescata a la extrema derecha”, que ahora puede ahondar “en un mapa ya muy polarizado. “Si esta jugada no sale bien, el precio que se puede pagar es muy alto”, avisa.

Más optimista se muestra el exdiputado y miembro del consejo nacional de ERC Joan Tardà. “Conquistar un escenario de negociació­n no será fácil, dependerá de la correlació­n de fuerzas y exigirá tiempo, pero la amnistía supone hacer un reset y abre un periodo en que las partes, si no de igual a igual, podamos al menos iniciar la construcci­ón de una solución compartida –dice–. ¿Cuál será? No lo sabemos, tenemos que construirl­a”. El objetivo es que no haya vetos cruzados, destaca.

Respecto al frente opositor de la derecha y parte de la judicatura, el veterano político de ERC señala que “será duro, pero tiene una derivada positiva y es que dinamita los puentes del PSOE para echarse atrás porque solo puede sacar adelante sus propuestas”. Si se rinde, tendrá que pasar ocho años en la oposición, vaticina.

Y hace un llamamient­o a Junts a no desperdici­ar la coyuntura que deja el 23-J. “Estas elecciones nos tocó la rifa, y somos más determinan­tes que en otros momentos de mayor peso electoral. Sería irresponsa­ble no aprovechar­lo”, avisa.

Con la mirada en Catalunya, Astrid Barrio, profesora de Ciencia Política de la Universita­t de València (UV) señala que el PSC, junto a En Comú Podem, como

Harán falta cuadros nuevos, con otras coordenada­s, para no volver siempre al 2017” Pablo Simón Politólogo ro !ni" Carlo# $$$

Junts no quiere resolver el conflicto, y la amnistía nutre a la extrema derecha” Margarita León Politóloga ( ro e#ora )!*B+

referente de la tercera vía en Catalunya ha sido un refugio para los catalanes moderados que no comulgaban con el procés. Ahora, apunta, pueden sentirse traicionad­os. Es evidente que el conflicto debe resolverse, indica; la cuestión es si tal y como se elabora la ley de amnistía, cargando las tintas contra el poder judicial, es la mejor manera de andar el camino.

En clave española, Barrio apunta que la tensión generada por el PP se debe principalm­ente a que

A ver cómo se aplica la ley, a quién beneficia y el papel de los jueces; no te puedes fiar” Jordi Matas Dalmases Cate'r,tico Ciencia# Pol-tica# !B

es la primera vez en España –al margen de la moción de censura– que el ganador de las elecciones no forma gobierno, y por ello arma una oposición dura que anticipa una legislatur­a crispada e improducti­va en la política pública.

La amnistía centrará la atención política y mediática, y su aplicación posterior será igualmente observada con lupa. Uno de los beneficiar­ios de la ley será el politólogo Jordi Matas Dalmases, que presidió la Sindicatur­a Electoral para el referéndum del 1-O, un órgano de supervisió­n con funciones similares a una junta electoral. Juzgado y absuelto, vuelve a estar pendiente de juicio tras un recurso de la Fiscalía. Matas, catedrátic­o de Ciencias Políticas de la Universita­t de Barcelona (UB), se verá libre de la losa judicial con la amnistía, pero es escéptico respecto a los efectos en la solución del conflicto político.

Matas sí admite que la amnistía cambia la dinámica de la investidur­a de Pedro Sánchez porque suma el voto de Junts, pero nada más. “El conflicto en la relación Catalunya-españa persistirá y también la situación de excepciona­lidad, aunque unos y otros se avengan a negociar. Será así hasta que haya una solución, y este pacto no resuelve nada”, advierte.

También es prudente respecto a la evolución que tendrá la amnistía a efectos prácticos. “Veremos cómo se aplica, si afecta a todos los casos que se supone que incluye, y veremos también el papel de los jueces. Es un interrogan­te no solo por la propia ley y la dosis de ambigüedad que contendrá, lo es también por la absoluta insegurida­d jurídica que hay en España. No te puedes fiar de ninguna instancia judicial, lo hemos visto en los últimos seis años”, asegura.

Son muchos los interrogan­tes en torno a la ley de amnistía. Algunos empezarán a obtener respuestas en las próximas semanas, cuando se conozca el texto y arranque la tramitació­n parlamenta­ria, que irá de la mano de otras negociacio­nes, económicas, sociales, que implicarán nuevos acuerdos y cesiones. Se anticipa una legislatur­a de alto voltaje.c

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Ordi Play PSC / E E Félix Bolaños y Oriol Junqueras sellaron el acuerdo el pasado 2 de noviembre en Barcelona

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