Fascinados por el relator

el independentismo está fascinado por la figura del relator internacional que acompañe los acuerdos suscritos con el Psoe. Lo defendió erc en la persona de oriol Junqueras e igualmente Jxcat en la figura de Carles Puigdemont. esto de los mediadores internacionales les excita: por un lado, le dicen al gobierno de españa que no se pueden fiar de él y, por otro, refuerzan la idea de que el mundo nos mira. Lo que ocurre es que el Psoe puede aceptar algún “mecanismo” de control de lo acordado (es el término que figura en el acuerdo), pero difícilmente aprobará la fiscalización de un diplomático extranjero, como si se tratara de un acuerdo de paz.

es posible que el independentismo sueñe con disponer de figuras como la del que fue asesor de bill Clinton, el senador george mitchell, que medió para conseguir el acuerdo de viernes

Junts quiere un mediador internacional, pero no consta en el acuerdo con el PSOE

Santo, que puso fin al conflicto de irlanda del norte. o de Jonathan Powell, jefe de gabinete de Tony blair, que fue uno de los mediadores del final de ETA. Pero la violencia en el Ulster y euskadi exigió una cooperación internacional, que no tiene paralelismo con la situación catalana.

otra cosa sería pedir a una figura española de reconocido prestigio –como miquel roca, Antonio garrigues o José Luis rodríguez Zapatero– para que hiciera funciones de mediador en los acuerdos adoptados. eso se podría entender y no cuestionaría la fiabilidad de la democracia española, que volvió hace un año a la lista de democracias plenas, según el barómetro de The Economist.

en cualquier caso, la misión de estos observadores internacionales siempre tiene riesgo. el independentismo debería recordar que las dos misiones de relatores del referéndum del 1-o, que encabezaron el embajador neerlandés Daan everts y la politóloga neozelandesa Helena Catt, valoraron el esfuerzo por la consulta en el clima represivo en que se desarrolló, pero le negaron validez por las muchas irregularidades que se detectaron. el acuerdo entre las dos fuerzas independentistas con el gobierno requerirá más inteligencia política que interferencias ajenas, más empatía que gestos para la galería. Lo escribió Dostoyevski: “nada es más fácil que denunciar al adversario, nada es más difícil que entenderlo”.c