La Vanguardia

Sostener a la Iglesia

- Joan-enric Vives Arzobispo de Urgell

Valorar la aportación social, cultural y espiritual que los miembros de la Iglesia católica hacen e irradian, también tiene que significar sostenerla en las necesidade­s económicas que se derivan. Estamos en tiempos de dificultad­es económicas y de poca confianza en el futuro, y al mismo tiempo son patentes los déficits y límites que la institució­n tiene, pero nos damos cuenta de que realiza una gran labor en el campo educativo, caritativo, guardando el tesoro artístico y estando cerca de los desfavorec­idos, y en tantos campos de la acción social. Para todo eso, necesita apoyo económico, y mejora en responsabi­lidad y transparen­cia, ayudados por los técnicos económicos que hagan falta.

Este domingo y desde hace años en Catalunya celebramos la colecta de “germanor”, que nos recuerda que tenemos que ser correspons­ables de la Iglesia diocesana, de la cual la parroquia o la institució­n eclesial más conocida y próxima, es una parte. Esta colecta viene a reforzar el Fondo Común Diocesano, desde el que se tienen que atender las necesidade­s de las diócesis: el sostén de los departamen­tos pastorales, la restauraci­ón de templos, rectorías y las ayudas para obras, el mantenimie­nto de los locales parroquial­es, el servicio de los necesitado­s, la catequesis, las revistas y publicacio­nes diocesanas, los encuentros formativos, las obras misioneras, y especialme­nte la retribució­n de los presbítero­s en activo y del personal remunerado, así como el complement­o de la pensión de los sacerdotes jubilados.

El Acuerdo del 2003 entre la Santa Sede y el gobierno español estableció que la financiaci­ón sería el 0,7% de lo que se recoge a través de las declaracio­nes de la renta y para aquellos que libremente marquen su “x” en la declaració­n. Con este sistema de colaboraci­ón, el Estado permite que las personas que quieren ayudar a la Iglesia católica lo puedan hacer, marcando la x, a través de la asignación tributaria. No es una aportación directa del Estado, ni dinero público, sino que es dinero de los declarante­s que libremente los asignan o no a una confesión religiosa o a una finalidad social, o a las dos a la vez. Es mucho de agradecer la colaboraci­ón de los que consignan su voluntad y convendría que en Catalunya fueran muchos más.

Desde el marzo, la Iglesia ha renunciado a la exención de dos impuestos: el de contribuci­ones especiales y el impuesto sobre construcci­ones, instalacio­nes y obras

La aportación a través del IRPF es un 24% de las necesidade­s básicas de la Iglesia

(ICIO). Se equipara así, al régimen fiscal de las entidades sin ánimo de lucro, de acuerdo con el principio de no privilegio y no discrimina­ción. La aportación a través del IRPF representa un 24% de las necesidade­s básicas de la Iglesia, y el 76% restante proviene de las aportacion­es de los fieles (33%), ingresos patrimonia­les y otras actividade­s (14%), y otros ingresos (29%). Caminamos hacia la autofinanc­iación, pero no ha llegado. Se siguen necesitand­o las donaciones de todos los que, sean o no creyentes, valoran positivame­nte la acción de los católicos, ya que fundamenta­lmente la Iglesia vive de lo que aportan con libertad y responsabi­lidad los creyentes y las personas simpatizan­tes.c

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain