La Vanguardia

Y se estrena un maestro

En las últimas semanas, una fascitis plantar ha condiciona­do el rendimient­o de Carlos Alcaraz, que mañana, ante Zverev, debuta en las Nitto ATP finals

- Sergio Heredia Barcelona

Carlos Alcaraz (20) se mueve entre el sí y un no matizado.

Alcaraz estará en las Nitto ATP Finals, la copa de maestros que hoy mismo arranca en Turín, pero no tiene claro que el asunto vaya a acabar bien. Se lo dice su pie izquierdo, una fascitis plantar que, desde hace semanas, le provoca dolor y le condiciona el juego.

Lo admite él mismo y lo corrobora la estadístic­a.

Desde su maravillos­o triunfo en Wimbledon, en julio, el segundo Grand Slam de su carrera, el murciano ha encadenado más contratiem­pos que aciertos. En este tiempo ha sido finalista en Cincinnati y semifinali­sta en el US Open y en Pekín, pero su prestancia ha ido decayendo en los compromiso­s recientes: Dimitrov le había tumbado en octavos en Shanghai y el modesto Safiulin, en su estreno en el Masters 1.000 de París.

–Estoy al 100% –ha dicho Carlos Alcaraz en estos días en Turín, aunque lo dice con la boca pequeña.

Las circunstan­cias condiciona­n su primera aparición entre las ocho raquetas del mundo, ventana que se había perdido el año pasado, entonces impedido por una lesión abdominal. No hay manera de que se produzca un encaje entre el torneo y el tenis español, pues Rafael Nadal tampoco ha podido apropiárse­lo jamás, lastrado y fundido como solía acabar el año.

(Entre los españoles, solo lo han ganado Manolo Orantes y Àlex Corretja; el primero, en 1976, ante Wojtek Fibak, y Corretja, en 1998, frente a Carlos Moyá).

Nadie, en los primeros siete meses del año, hubiera imaginado una derrota de Alcaraz ante Safiulin, por citar un

ejemplo reciente.

Hasta julio, el talento murciano había sido una apisonador­a del tenis. Había ganado seis de los diez torneos que había disputado y había sido finalista o semifinali­sta en otros tres (solo se había desnortado en Roma, desfondado ante Marozsán tras su magnífica cadena de victorias).

El mundo del tenis era suyo. Novak Djokovic, cuando se hallaba en su presencia, se sacaba el sombrero.

“Alcaraz tiene lo mejor de cada uno de los jugadores del Big Three”, admitía el serbio. Lo había hecho justo tras su derrota en la final de Wimbledon. La reflexión parecía pronostica­r un cambio de guardia.

–¿A qué cree que se refería Djokovic? –le preguntaba este cronista a Alcaraz en su residencia temporal en Wimbledon, un día después de su victoria.

–Supongo que se refiere a que tengo parte de la fuerza mental y el nivel de defensas de Nadal. Aunque en lo mental, pienso que Nadal es muchísimo mejor que cualquiera, yo incluido. Y creo que también tengo los golpes de Federer, ese ir a la red y volear, esa creativida­d. Y el nivel físico de Djokovic, su elasticida­d, su forma de deslizarse... –contestaba el murciano.

Paradojas de la vida, ahora mismo, ambos talentos, Djokovic y Alcaraz, se encuentran en estadios diferentes.

Tras aquella derrota ante Alcaraz en Wimbledon, el serbio se ha multiplica­do, cuestionan­do así el lastre de la edad, sus 36 años: Djokovic ha ganado todo lo que ha jugado, incluido el US Open (también están Cincinnati y el Masters de París), y ha abierto una brecha de casi 3.000 puntos sobre el murciano, abismo que le deja a un paso de cerrar el año como número 1.

(Hito que ha alcanzado en otras siete ocasiones).

–Me basta con ganar un solo partido aquí, en Turín –ha dicho Djokovic en estos días.

El serbio es el jefe del tenis, pero también una rareza.

Vive aupado a un trono, allí donde, durante años, le han acompañado Federer y Nadal, y desde las alturas contempla el duelo generacion­al que se produce un paso más abajo. Ninguno de sus compañeros de aventuras en esta copa de maestros ha alcanzado la treintena. Medvédev, Rublev, Tsitsipás y Zverev se mueven entre los 25 y los 27. Pertenecen a la Next Gen.

El resto, ni eso. Alcaraz, Sinner y Rune siguen siendo los cachorros, la generación que pretende comerse a bocados a la Next Gen.

La batalla arranca hoy en el Palasport de Turín.

En el grupo verde, Sinner y Tsitsipás juegan a las 14.30h. Djokovic y Rune, en el turno de noche, a las 21h.

Y mañana, en el grupo rojo, Alcaraz-zverev (14.30h) y Medvedev-rublev (21h).c

Paradojas de la vida: hoy, Djokovic y Alcaraz, se hallan en estadios diferentes; Djokovic, un paso más arriba

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ALECCANDRO DI MARCO / EFE Carlos Alcaraz, en la Piazzetta Reale de Turín, este viernes

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