Sinónimos de libertad
Europa se encuentra en proceso de transformación de la movilidad. Las bicicletas, que hace unos años eran simples compañeras para practicar deporte en muchos países, se han postulado últimamente como solución para discurrir con agilidad por las ciudades. Mención especial merecen los patinetes eléctricos, que invaden las calles por doquier. Pero la proliferación de estas alternativas para desplazamientos de corto alcance no parece que vaya a restar protagonismo a los automóviles y las motocicletas cuando se trata de viajar donde se quiera y a la hora que sea.
Los diferentes actores del transporte colectivo cubren múltiples necesidades, aunque jamás serán capaces de satisfacer las inquietudes de todas las personas. Los autobuses permiten moverse adecuadamente por muchas ciudades, además de ser una de las mejores opciones interurbanas. Las redes de ferrocarril, con sus distintos niveles de velocidad, son adecuadas para viajar con sosiego. Los aviones resultan imbatibles en los trayectos largos, pese al entorno hostil de muchos aeropuertos. Y sobre el agua, los cruceros, tanto marítimos como fluviales, siguen siendo una vertiente inimitable de vacaciones. A través de nuestras vidas tenemos la oportunidad de movernos cuando queramos al manillar de sendas bicicletas y patinetes. También podemos viajar en modernos vagones de tren, aviones de última generación o barcos cada día más gigantescos.
Pero ninguno de estos vehículos será capaz de proporcionar la libertad y el radio de acción que aportan los coches y las motos, los mejores aliados de las personas que no quieren ser esclavos de los horarios y las distancias.
Servicio fiel Coches y motos son los mejores compañeros para moverse