La Vanguardia

EE.UU. contra Apple

- Francesc Bracero

Películas de juicios y magníficas series de abogados nos han acostumbra­do a que las demandas judiciales de los grandes casos en Estados Unidos tienen bases sólidas y muy bien trabajadas, pero en los 88 folios de los que consta la demanda del Departamen­to de Justicia y 16 fiscalías de diferentes estados contra Apple por posibles prácticas anticompet­itivas para favorecer al iphone he encontrado muy poco eso. A lo largo de ese extenso documento –sí, me lo he leído– hay mucho relato, pero pocos datos. Y algunos de ellos, erróneos.

El Gobierno de Estados Unidos persigue a Apple por presuntas prácticas contra la competenci­a que vulneraría­n la ley antimonopo­lio Sherman, la misma que se invocó para perseguir en su día a Microsoft por incluir el navegador Internet Explorer en Windows. La tesis es que todas las políticas alrededor del iphone se hacen para impedir la existencia de competenci­a.

Varios especialis­tas estadounid­enses coinciden en que la demanda parece escrita para perderla. Por ejemplo, para ejemplific­ar que las prácticas de Apple han encarecido el iphone a lo largo de los años, se afirma que el modelo original costaba 299 dólares, unos 450 en dólares actuales. No es cierto. El primer teléfono que presentó Steve Jobs en el 2007 tenía un precio de 499 dólares. Hoy se puede comprar en EE.UU. un iphone SE por 429 dólares, aunque también los haya más caros. Dos preguntas: ¿de dónde han sacado los datos los demandante­s? ¿Podrían los fiscales haber caído en el error de utilizar una IA para argumentar partes del caso?

En la demanda se señala que Apple justifica sus prácticas en la necesidad de preservar la seguridad de sus usuarios, pero se argumenta que el hecho de que imessage no sea interopera­ble con apps de Android supone, en realidad, una merma de seguridad, porque los usuarios descargan otras apps para poder comunicars­e. Cuestionab­le. Tan reconocida es la solidez de la app de mensajes de la manzana que hasta el FBI reclama acceder a ella, a lo que siempre se ha opuesto la compañía.

Uno de los directivos de Microsoft que se enfrentaro­n a la demanda del Gobierno de Estados Unidos contra Microsoft, Steven Sinofsky, defiende la posición de Apple: “Solo soy alguien que ha vivido el dolor y la inutilidad de lo que Apple tiene que pasar ahora. Lo digo sabiendo que Microsoft hizo algunas tonterías, pero el precio pagado fue demasiado alto, y el beneficio para el consumidor final, de cero a negativo”.

Sinofsky cuestiona la presumible de

Varios especialis­tas coinciden en que la demanda parece escrita para perderla

fensa del consumidor en que se basa la demanda: “Aunque algunos entusiasta­s de la tecnología en EE.UU. quieren que el iphone sea como un PC, en el 90% de los casos no solo no quieren eso, sino que están pagando a Apple para que eso no ocurra frente al duopolio de Android”. Es la experienci­a, estúpidos.

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