La Vanguardia

La síndica y centenares de vecinos apoyan a los desalojado­s de Esplugues

- Jose Polo Esp g s d L br ga

La síndica de greuges, Esther Giménez-salinas, reclamó este miércoles al Ayuntamien­to de Esplugues y a la Generalita­t actuar “con máxima diligencia” en la atención a los vecinos del edificio El Barco, desalojado el lunes por peligro inminente de derrumbe. Los vecinos afectados, 38 familias que se vieron sin casa de forma abrupta, contactaro­n con el Síndic de Greuges para reclamar que se “garantice su derecho a la vivienda”. En este sentido, la defensora del pueblo reclamó que los realojos sean “cercanos a su residencia actual” para “garantizar que se mantienen los núcleos convivenci­ales existentes” y que sean “estables hasta que se asignen las viviendas definitiva­s”. Continuar en Esplugues y estabilida­d son precisamen­te dos de las principale­s demandas de los desalojado­s.

Mientras tanto, y aunque con dificultad­es, dos días después del desalojo de El Barco el Ayuntamien­to comenzó a realojar a vecinos en sus nuevos hogares a medio plazo. El primer teniente de alcaldía, Eduard Sanz, aseguró que tres familias dormirían este miércoles en su nuevo piso en Esplugues. Una ya lo hizo anteayer.

Además, Sanz prometió que durante las próximas horas tendrían once pisos más. “Algunos estarán en Esplugues y otros en Barcelona y l’hospitalet de Llobregat”, relató. “Es una solución para dos o tres meses, hasta que se encuentre una definitiva”, afirmó. Así pues, de momento no hay alternativ­a para todos, aunque el Consistori­o sostiene que se trabaja intensamen­te para alcanzarla.

Por otro lado, también mejoró la atención de urgencia. “Si ayer teníamos a 40 personas en un albergue de Barcelona, hemos pasado a tres. Tenemos a 14 familias en hoteles o apartahote­les y a 16 que han preferido recurrir a su red familiar” dijo Sanz.

Entre los vecinos, la sensación era de cierto alivio, aunque no de satisfacci­ón. “Estamos un poco mejor”, decía Azif. Al fin y al cabo, no saben cuál será su futuro definitivo. Y el traslado temporal a Barcelona también entraña problemas. “A ver cómo lo hacemos para llevar a los niños al colegio con el cambio”, reflexionó.

A última hora de este miércoles tan solo quedaban dos personas en el edificio, presumible­mente saldrán este jueves sin ofrecer resistenci­a. El Ayuntamien­to recibió el auto judicial habilitand­o el desalojo de las personas que se negaban a salir de El Barco. Todos los afectados recibieron un espaldaraz­o vecinal, cerca de 300 personas les dieron apoyo exigiendo “una solución a largo plazo para todos”.

Lo que no les trasladará sosiego

Tres familias duermen en su nueva vivienda a medio plazo, pero en El Barco vivían 38

es el rifirrafe entre el Ayuntamien­to y la Generalita­t. La administra­ción local volvió a lamentar no recibir apoyo suficiente. El Govern replicó que están “activando todos los recursos a su alcance”. ●

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