El decálogo de los profesores de catalán para frenar la caída de nivel
Plantean más horas de clase y más exigencia en la calidad de la enseñanza
Un grupo de profesores de catalán ha elaborado un decálogo de medidas “mínimas” para remontar el nivel académico de los alumnos, que cada curso es peor que el anterior, y devolver la centralidad que antes tenía el catalán en las escuelas. El documento Docenscat, que se lanzó en enero, contabiliza más de 9.200 firmas.
El colectivo promotor del mismo parte de la idea de que el catalán hace aguas, y urge a la administración a reparar las instalaciones que en otros tiempos, con la ley de Normalització Lingüística, garantizaban un buen caudal de conocimientos a niños y jóvenes. Entonces, en 1983, estaba claro el propósito y había consenso político y social. Ahora, no. Y no solo no se ha producido un buen mantenimiento, sino que se viene de recortes en las horas curriculares y en las lecturas, reducción de aulas de acogida para extranjeros, nuevos perfiles docentes... pérdidas y más pérdidas en un momento delicado por el relevo generacional del profesorado.
Este curso, casi 150 profesores de catalán cumplirán 60 años, edad en que pueden jubilarse. Suelen hacerlo, según fuentes de Educació, casi la mitad (el 40%). Este es un goteo natural e incensante de unos docentes que compartieron, en sus inicios, el compromiso y el entusiasmo por prestigiar el catalán en una escuela castellanizada.
A cambio, asegura el colectivo por voz de la profesora Gemma Gómez, toman el reemplazo jóvenes a los que no se les ha encomendado esta misión, profesores que no proceden del ámbito lingüístico o literario, sino de humanidades o de las ciencias sociales, que con el máster de secundaria, imparten la materia.
La pérdida de centralidad de la lengua en la escuela en los últimos años, que el Departamento de Cultura está intentando enderezar con un plan interdepartamental general, coincide con el exceso de objetivos con los que carga la escuela.
Tanto el informe PISA 2022 como anteriormente el PIRLS 2021, indican que los alumnos catalanes han bajado en comprensión lectora, algo que se detecta ya en edades tempranas. La media de los alumnos catalanes de 10 años se situó en 507 puntos, 14 puntos por debajo de la media de España y 21 por debajo de la UE. En evaluaciones internas, como competencias básicas, no se observa una caída sino un suave descenso y las medias se sitúan aún en niveles óptimos (72 sobre 100), pero hay más niños de 12 años que no superan el mínimo (casi 2 de cada 10) y cada vez hay menos de 16 años en la franja sobresaliente. Esta situación es comparable al castellano.
En este contexto, ¿qué proponen los profesores de catalán?
1. Má hora d cla .
Con cada currículum se pierde una “sábana”, explica la profesora Gómez, jugando con la expresión catalana (“a cada bugada es perd un llençol”). Es decir, una hora de clase. En este curso, las horas de lengua se han reducido de tres horas semanales en los cuatro cursos de ESO, a dos horas en dos cursos y tres horas en otros dos. En bachillerato se ha reducido una hora (ahora se imparten dos horas).
Para el Departamento d’educació hay que “analizar en profundidad” la demanda de aumentar las horas lectivas. En todo caso, considera que existen “otras medidas” de impacto en la mejora de los resultados educativos.
2. Uso en la escuela
“El catalán es la lengua de referencia y de aprendizaje. Los profesores, administrativos, conferenciantes, monitores de ocio, animadores no deberían cambiar al castellano”, indica Gómez. Sobre el papel, esto es así, pero los estudios detectan que mantiene el catalán el 46% del profesorado en los institutos. “A los profesores que no son de catalán hay que explicarles la importancia de mantener el catalán y cómo eso ayuda a los alumnos a practicar”. Además, el colectivo arguye que Educació debe dejar de presentar el catalán como una lengua “atractiva”. “Es una lengua necesaria”, señalan.
Para asegurar que el profesor domina el catalán, el proyecto de decreto de régimen lingüístico, aún no aprobado, estipula la obligatoriedad de presentar un nivel C2 a los profesores sustitutos y a los candidatos a oposiciones, a partir del curso 2025-2026. Pero este decreto puede quedar suspendido tras la convocatoria de elecciones el próximo 12 de mayo.
Asimismo, Educació recuerda que ha intentado incentivar la mejora del catalán del profesorado ofreciendo 15.000 plazas de cursos de C2 en tres años para la plantilla actual.
3. No cualquiera puede ser profesor de catalán
“El profesional competente para impartir la materia, incluida el aula de acogida al alumno extranjero, es el graduado en Filología Catalana”, apunta el decálogo. Ante la falta de titulados, lo mínimo, continúa el texto, es acreditar un C2, venir de un grado de estudios lingüísticos o literarios y cursar una formación adicional del departamento para ayudar a desarrollar la docencia.
Asimismo, piden formación continua, actualizada, significativa y de calidad sobre lengua y también sobre literatura.
La realidad es que no hay suficientes titulados atraídos por la docencia y es una especialidad de difícil cobertura en la bolsa de profesores sustitutos. Las titulaciones en Filología Catalana no han resultado atractivas para los jóvenes en la última década. Se ha visto un repunte en los últimos años (el curso pasado se titularon 105 frente a los 68 del curso 20192020), pero incluso si todos estos terminaran dando clase, son un número insuficiente para cubrir las plazas. Por ello, Educació se vio obligada a ampliar el rango y aceptar graduados de otras titulaciones universitarias. Los centros, por su parte, tiran las ausencias con docentes de otras disciplinas con la condición de que tengan una mención en catalán en su titulación.
4. Má aula d acogida
Para garantizar que los nuevos alumnos extranjeros adquieran pronto la lengua, proponen que sigan un programa intensivo graduable durante el curso, contando con el apoyo de toda la comunidad educativa. Pero que las clases que reciban sean de profesores de catalán y no de cualquier docente. Sucede con frecuencia que las imparte el último que llega.
La conselleria explica que hay 31.000 alumnos extranjeros entre 3.º de primaria y 4.º de ESO, y que
esta es una cifra histórica para Catalunya. Casi tres de cada diez alumnos proceden de un origen inmigrante. A los adolescentes que llegan con 14 y 15 años se les impartirá un trimestre de inmersión de lengua catalana para que conozcan mínimamente la lengua de aprendizaje. Este programa de aceleración ya se está implementando en Barcelona.
5. Con la ESO no tienes un C1 “Ahora, con un aprobado en 4.º de ESO se obtiene un C1 de catalán”, explica Gómez, “y eso está lejos de ser verdad”, añade. A juicio de este colectivo, los alumnos podrían obtener un B2 si obtienen un “logro notable”. Y un C1 en bachillerato con una puntuación mínima de 7. El proyecto de decreto de régimen lingüístico lo regula.
6. Gramática de la IEC
Docents.cat pide a Educació que regularice la aplicación de la nueva gramática del Institut d’estudis Catalans, que debe ser referente incuestionable: “No puede ser que cada uno haga lo que quiere”.
7. Le turas signifi ativas
El decálogo propone una selección consensuada de lecturas obligatorias en ESO y bachillerato. Las lecturas han de ser, según su consideración, significativas y acordadas con los departamentos de Literatura Catalana de las universidades, “lo que es compatible con una enseñanza competencial”. En este sentido se adhieren al manifiesto del Colálectiu Pere Quart que propone un canon literario mínimo. Para la conselleria, debe pasarse de una enseñanza de la literatura (autores y obras) a una educación literaria en la que lo fundamental es la formación de un lector competente.
8. Promover filologías
El colectivo pide acciones decididas para promover la lengua y la literatura: optativas en 4.º de ESO que despierten vocaciones y campañas a jóvenes de 16 y 17 años para matricularse en filología.
9. No improvisar
El docente debe conocer los cambios del departamento con tiempo –tres meses mínimo antes del nuevo curso, fijan–. No hacerlo, aseguran, genera desconcierto. Durante el curso 2022-2023 se dijo que desaparecerían las lecturas prescriptivas para selectividad, y el 16 de septiembre se comunicó que se mantenían. Unas semanas antes de las competencias básicas del 2023 se notificó que debían aplicarse las pruebas orales, una evaluación que se mantendría los siguientes años. Se hicieron. Ahora, en febrero, se ha anunciado que se eliminaban y, luego, que serían voluntarias.
10. Trabajar
on los profesores.
El colectivo pide la creación de una comisión de contenidos de ESO y de bachillerato compuesta por docentes en ejercicio. “Queremos decidir”, subrayan. ●