La Vanguardia

Rodrygo marca la diferencia

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El Real Madrid volvió a estirar a ocho puntos la renta sobre el Barcelona tras ganar al Athletic Club en el Bernabéu en un encuentro espeso en el primer tiempo y mejorado en el segundo, cuando los vascos se metieron en el partido. Fue la noche de Rodrygo, autor de un doblete.

Todo el atrezo de lo visto sobre el césped resultó raro, si no directamen­te esperpénti­co. El Madrid salió de morado, su cuarta equipación por un acuerdo comercial con Adidas, que mandó estrenar una elástica de un diseñador japonés. Para rizar el rizo de lo absurdo, el Athletic, en lugar de utilizar sus habituales colores rojiblanco­s, jugó de blanco, la primera vez que jugaba así en el Bernabéu en una escenifica­ción (el blanco no era el Madrid, sino el rival) que dañaba los ojos y llamaba a la confusión.

Para el Madrid se trataba de quitarle una hoja en el calendario en el día que no podía contar con Vinícius, pero recuperaba a Bellingham tras sus dos partidos de sanción. El once de Ancelotti fue más o menos el esperado, con Brahim ejerciendo de Vinícius.

El Athletic, que tiene la final de Copa ante el Mallorca el próximo sábado en La Cartuja , dio la sensación al principio de que el partido le suponía más un incordio que otra cosa. Ernesto Valverde dejó en Bilbao a Nico Williams, se supone que por una molestias musculares, y tampoco salió de inicio con titulares como Vivian (que entró al cuarto de hora por lesión de Yeray), Yuri, Ruiz de Galarreta o Unai Simón. A diferencia de la energía con que se despliega en San Mamés, fue mucho rato un equipo parsimonio­so, que masticó mucho el juego por el centro y que olvidó las bandas. En toda la primera parte no creo una sola ocasión.

El Madrid se encontró con un gol muy pronto, en el minuto siete, una acción individual de Rodrygo, que resolvió con un gran chut a la escuadra.

A partir de ahí, dio un paso atrás y esperó al Athletic en su campo, confiado en cerrar el partido a la contra. Sin embargo, sin las transicion­es vertiginos­as de Vinícius, el Madrid se limitó a defender con orden y poco más. El partido cayó en el aburrimien­to, del que solo salió en los minutos finales, más por inercia que otra cosa. El Madrid pudo marcar por dos veces: en el 39 con un remate de Valverde que repelió Julen, y luego en el 43 en un cabezazo de Tchouaméni que salió desviado.

La segunda parte empezó con un remate de Brahim al palo y una réplica del Athletic, un empalme de Iñaki Willams que atajó Lunin. Valverde hizo un triple cambio y el Athletic mejoró y convirtió el juego en un correcalle­s. Rodrygo sacó partido de una contra en el 73 y puso el 2-0. Luego Muniain falló un gol cantado de los que se recuerdan, pero el Athletic pensaba ya más en su final. Militão volvió para los dos últimos minutos tras romperse el cruzado en verano. Una buena noticia para Ancelotti. ●

La ausencia de Vinícius, cubierta por Brahim, limitó las contras de un Madrid muy contenido

El Athletic jugó sin varios de sus titulares y con la mente puesta en la final de la Copa el sábado en Sevilla

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Rodrygo fue el autor de los dos goles del Madrid al Athletic en el Bernabéu

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