La Vanguardia

Amanda Knox regresa al banquillo

Italia la juzga por calumnias 9 años después de absolverla de asesinar a su amiga

- Anna Buj Roma. Co espo sal

Amanda Knox podría muy pronto pasar página de la pesadilla del crimen de Perugia, que la persigue desde hace demasiado tiempo. La mujer estadounid­ense, ahora una madre de 36 años con dos hijos, se enfrenta a un nuevo juicio en Italia, nueve años después de ser absuelta de asesinar a cuchillazo­s a su amiga y compañera de piso, la británica Meredith Kercher. Ayer arrancó en Florencia un nuevo proceso por el que está acusada de difamación por haber implicado erróneamen­te al propietari­o congolés de un bar en el que trabajaba de forma parcial en las primeras etapas de la investigac­ión. Ha sido la misma Knox, condenada por este delito, quien pidió que se repitiera el juicio, aferrándos­e a una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que estableció que sus derechos habían sido violados durante los interrogat­orios policiales a los que fue sometida en el 2007.

Todo remite de nuevo al noviembre de ese año, cuando Amanda Knox regresó a su apartament­o de la ciudad italiana de Perugia, en la que se instaló para estudiar en la Universida­d para Extranjero­s, para cumplir su sueño de vivir en Italia. Según explicó, al volver al piso, que compartía también con dos estudiante­s italianas, se encontró el cuerpo semidesnud­o de Kercher cosido a puñaladas con sangre por todas partes. La policía interrogó a todo el entorno de la británica y tanto Knox como su novio italiano de entonces, Raffaele Sollecito, fueron hallados culpables del asesinato en lo que la justicia italiana definió como una orgía de sexo, alcohol y drogas en el 2009, cuando ya llevaba dos años entre rejas y era conocida por la prensa de todo el mundo.

Dos años después fueron absueltos, pero el Tribunal Supremo, en el 2013, ordenó repetir el juicio. Al año siguiente fueron hallados de nuevo culpables, hasta que en el 2015, un recurso determinó su exoneració­n definitiva del homicidio por “fallos clamorosos” en la investigac­ión ante una evidente contaminac­ión de las pruebas de ADN de la escena del crimen. El único que permaneció inculpado fue el marfileño Rudy Guede, autor material de la violación, quien salió en el 2021 de la cárcel tras pasar 13 de los 16 años de la sentencia entre rejas. Ahora, Guede se encuentra investigad­o después de que una exnovia le acusara de haber abusado de ella física y sexualment­e.

En el juicio que se abre ahora, se tratarán las calumnias de Knox a su entonces jefe, Patrick Lumumba, propietari­o de un bar en la ciudad, al que acusó del asesinato, y por lo que la estadounid­ense ya recibió una sentencia de tres años de cárcel –que cumplió durante los casi cuatro años que pasó detenida–. Knox explicó después que lo que había dicho en los primeros interrogat­orios (de 56 horas) en la comisaría de Perugia era un testimonio viciado, puesto que apenas chapurreab­a italiano y los policías le hicieron creer que declaraba como testimonio y no como sospechosa del crimen.

Knox trató de retractars­e de haber acusado a su jefe al día siguiente con una nota manuscrita escrita en inglés, pero igualmente Lumumba pasó dos semanas en prisión hasta que apareció un testigo que suscribió su coartada y pudo ser liberado. Perdió su negocio y tuvo que abandonar Italia junto a su familia. Según estableció la justicia europea, sus derechos fueron violados porque Knox pasó la larga noche de interrogat­orios sin un abogado ni un traductor oficial. “Era vulnerable, siendo una joven extranjera, de 20 años en ese momento, que no había estado en Italia durante mucho tiempo y no hablaba italiano fluido”, dictaminó la corte de Estrasburg­o, que ordenó a Italia pagar 18.400 euros.

Knox quiere ahora que se repita el juicio para liberarse de esta última mancha legal que pesa sobre su persona, algo que permite una reforma legal introducid­a durante el gobierno de Mario Draghi. “Por un lado estoy contenta de esta oportunida­d de limpiar mi nombre, y deseo que se retire el estigma con el que he estado viviendo”, explicó en su podcast, Labyrinths, en diciembre. “Pero estoy segura de que la gente aún estará en mi contra porque no quieren entender lo que pasé, y no quieren aceptar que una persona inocente puede ser coaccionad­a de esta manera”, lamentó. Knox será juzgada in absentia en Florencia porque ha preferido estar con su familia en Estados Unidos, donde hace pocos meses dio a luz a su segundo hijo y se ha creado una nueva vida como escritora y presentado­ra de podcasts.

Fue la misma Knox quien quiso repetir el juicio para limpiar su nombre ante lo que define como unos interrogat­orios forzados

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Antonio Ca anni / Ap-lapre e

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