Siete niños muertos por sus padres en tres meses, y no están en la agenda pública
Expertos advierten del incremento de la violencia contra los más vulnerables
que se confirme que el de El Prat (ver la información de la página anterior) es un nuevo caso de un padre que ha asesinado a sus hijos, y un caso de violencia de género, la realidad es que la violencia contra los menores continúa ante una cierta pasividad social.
Así lo indican expertos consultados por este periódico, entre ellos, Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Organizaciones de Infancia, quien se manifestó “totalmente consternado” por los asesinatos de este 2024: “Es evidente que tenemos un problema de primera magnitud en esta sociedad tanto con la violencia de género como con la violencia contra la infancia, que no siempre se conoce, no se tiene en cuenta sus formas y de la que no somos conscientes del impacto que tiene en la vida de tanta gente. Es un problema que requiere de medidas ambiciosas de las administraciones públicas para que se desplieguen todos los instrumentos legales y los recursos posibles. Ahora mismo están pendientes de implementar los desarrollos normativos de la recién aprobada ley de Violencia contra la Infancia. Es urgente que se pongan en marcha los recursos para tratar de evitar todas las formas de violencia posibles contra los niños y niñas. Tenemos que reflexionar también como sociedad del impacto de la violencia, que es una realidad en la que vive mucha gente”.
Para el forense y experto en violencia de género Miguel Lorente, el hecho de que el asesinato de los niños en el contexto de la violencia de género no esté en la agenda pública se explica porque tampoco lo está la violencia de género. “Lo que está en la agenda son las estadísticas y algunas medidas puntuales. Tenemos una visión fragmentada de la violencia de género y tenemos una respuesta insuficiente. Y lo que hay que entender es que cuando la violencia aumenta, es porque la sociedad lo permite. No son hombres aislados los que llevan a cabo la violencia al margen del contexto social”.
Y añade: “Lo que teníamos que haber aprendido es que cuando el año pasado se produjo un incremento del 18,4% en el número de asesinatos de mujeres ya estamos en un contexto de mayor violencia, potenciado por ese negacionismo ascendente que, además, ha llegado ya a las instituciones reduciendo recursos (supresión de institutos de las mujeres, de concejalías de igualdad, de teléfonos de ayuda a las víctimas...)”.
Marisa Soleto, responsable de la Fundación Mujeres, cree que la justicia y la sociedad siguen sin aplicar la máxima de que un maltratador no es un buen padre y que las dudas al respecto se cobran vidas de niños y niñas. “Hay que identificar la situación de menores expuestos a la violencia de género como uno de los supuestos de mayor riesgo de violencia infantil y pedir una respuesta institucional acorde”.
Aunque, reconoce, en el contexto de un discurso negacionista poner el foco es muy difícil. E insiste, “urge identificar la violencia vicaria en contextos de violencia de género como una de las más graves y de mayor riesgo contra la infancia”. ●
Piden más implicación de las administraciones, más recursos y frenar el negacionismo