La Vanguardia

Adiós al cineasta de los amores imposibles

Jaime de Armiñán falleció el martes en Madrid a los 97 años tras sufrir una larga enfermedad

- Le n M y O eg Barcelon

“Los seres marginales son mucho más interesant­es que los normales”, decía el realizador

El torero Antonio Bienvenida le contó en una ocasión al cineasta Jaime de Armiñán que nunca toreaba para la gente que llenaba la plaza. El realizador adaptó esa forma de ver la vida: “Una película es para uno mismo. Si trabajas con la idea de hacer algo comercial, caes en una trampa”, decía el director de cine, que falleció el martes en Madrid a los 97 años tras padecer una larga enfermedad.

Pese a esa tesis, el cine de Armiñán fue muy popular. Algunas de sus películas, como El amor del capitán Brando, lideraron la taquilla española, y tres de sus filmes – Mi querida señorita, El nido y La hora bruja– lograron estar nominadas al Oscar a la mejor pe

lícula extranjera. Armiñán consiguió también triunfar en televisión, donde había empezado su carrera, con series como Juncal, sobre un matador de toros retirado por una cornada.

Nacido en Madrid en 1927 en el seno de una familia de artistas, la infancia del cineasta estuvo marcada por la Guerra Civil. En 1994 publicó una especie de memorias, Diario en blanco en negro, donde introducía pasajes de la contienda y otros recuerdos de su vida como la resignació­n de su madre, que se vio obligada a abandonar el teatro por exigencias familiares.

Armiñán estudió Derecho y luego empezó a trabajar como articulist­a. Se labró una carrera en televisión a finales de los 50 que compaginó con tareas como guionista para otros directores. Hasta que en 1969 debutó como director con Carola de día, Carola de noche, la primera película de Marisol como adulta. El público dio la espalda al filme, pero Armiñán supo que su lugar estaba detrás de las cámaras.

El tiempo demostró que no se había equivocado. Dos años después estrenó Mi querida señorita, una película que navega entre el drama y la comedia y que aborda un tema muy avanzado para la época: la transexual­idad. José Luis López Vázquez, en estado de gracia, interpreta a Adela, una mujer que vive de forma anodina en una ciudad de provincias. Al aburrimien­to se añade la extrañeza que siente, en parte por su físico –le sale barba–, en parte por sus sentimient­os –le gusta su empleada doméstica, interpreta­da por Julieta Serrano–. Con el tiempo, y tras un tratamient­o médico, descubre que en realidad es un hombre.

El de Adela por su empleada era un amor imposible, algo muy presente en el cine de Armiñán. En El amor del capitán Brando, el director exploró la irrealizab­le relación entre una maestra, a la que daba vida Ana Belén, y su alumno de 13 años. La película, rodada en 1974 en las postrimerí­as del franquismo, rastreaba también el eterno asunto de la Guerra Civil a través del personaje de Fernando Fernán Gómez, un republican­o que volvía a casa tras vivir casi 40 años en el exilio.

Fernán Gómez, López Vázquez, Paco Rabal, Fernando Rey, Concha Velasco... Los grandes actores del cine español protagoniz­aron muchas de las películas de Armiñán dando relumbrón a su cine. Fue un mutuo favor porque muchos de ellos consiguier­on reconocimi­entos internacio­nales gracias a los papeles que les ofreció el director.

Hubo muchos personajes de marginados por los que el cineasta sentía predilecci­ón: “Los seres marginales son mucho más interesant­es que los normales. Dramática y psicológic­amente ofrecen grandes posibilida­des narrativas”, explicaba en una entrevista concedida a La Vanguardia en 1986 con motivo del estreno en Barcelona de La hora bruja.

El director escribió el guion de esta película en Sitges cuando era jurado del festival de cine fantástico. Había pedido las mañanas libres para reelaborar el guion sobre una pareja, Paco Rabal y Concha Velasco, que recorre los pueblos ofreciendo espectácul­os de magia. “Al situar a los personajes en un ambiente realista que al mismo tiempo tiene mucho de mágico, se produce una mayor riqueza”. Rabal y Velasco ganaron los premios de interpreta­ción en la Seminci.

El cine de Armiñán se mantuvo en cartelera durante los años ochenta. Después, el realizador regresó a televisión para dirigir series de gran éxito como Juncal (1988) o Una gloria nacional (1993), ambas con Paco Rabal como protagonis­ta. También presentó algunos títulos cinematogr­áficos interesant­es, como El palomo cojo (1995). Rodó su última película, 14, Fabian Road, en el año 2008 con Ana Torrent y ¡ngela Molina.

Los últimos años ha permanecid­o alejado de la vida pública por su enfermedad, pero Armiñán deja como legado su cine, reflejo de un tiempo de la historia de España y de la idiosincra­sia de lo español. ●

 ?? Àlex Garcia ?? Jaime de Armiñán, fotografia­do en Barcelona en el 2003
Àlex Garcia Jaime de Armiñán, fotografia­do en Barcelona en el 2003

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