“El feminismo de hoy es peor que el islamismo radical de Irán”
La cineasta francesa, autora de una obra controvertida sobre el deseo sexual femenino, protagoniza una retrospectiva en la Filmoteca
Catherine Breillat (Bre ssuire, 1948) nunca ha tenido pelos en la lengua. La sinceridad ha sido el sello de identidad de esta cineasta pionera y controvertida desde que cogió una cámara y se puso a explorar de forma cruda y directa el deseo sexual femenino, la dinámica de género y la naturaleza del poder en las relaciones entre hombres y mujeres.
Su primer largometraje, Una chica de verdad (1976), hablaba de la sexualidad de una adolescente de forma explícita y desmitificada. La polémica subió de nivel especialmente con Romance X (1999), una de las pocas películas comerciales que han incluido una escena de sexo real en su metraje, protagonizada por el actor porno Rocco Siffredi. Y ha continuado desafiando las convenciones con su enfoque audaz y provocador del sexo en 15 títulos, como Una vieja amante, Barba azul o Anatomía del infierno, de nuevo con Siffredi. Nueve de ellos forman ahora parte de una retrospectiva que se verá en la Filmoteca de Catalunya en colaboración con el D’A Film Festival, incluida su última película en diez años, El último verano, que aborda la relación apasionada entre una mujer madura (Léa Drucker) con un adolescente (Samuel Kircher), hijo de una relación anterior de su marido.
El filme compitió en la pasada edición del Festival de Cannes y aterrizará en los cines españoles el 24 de mayo. “Si hubiese sido un hombre habría podido hacer 30 películas, el doble de las que he hecho. Y, a veces hay que decir que dentro del propio feminismo las mujeres no ayudan porque cuando hice Romance X, Franáoise Giroud –periodista y exministra de Cultura de Francia–, considerada muy feminista, dijo que yo ya no tenía que hacer más películas. Me sentí exprimida como un limón”, aseguró Breillat en un encuentro en la Filmoteca con un grupo de periodistas.
La cineasta, guionista y también novelista francesa llegó a la cita ataviada con un sombrero negro y apoyada en un bastón, ya que su movilidad quedó reducida tras sufrir un ictus hemipléjico en 2004. Sobre cómo ve el feminismo hoy en día, la directora se pronuncia de forma tajante: “Estoy muy en contra de una gran parte del feminismo actual por su rigorismo moral, pensamiento único y fascismo. Hoy en día es peor que el islamismo radical de Irán. Se está creando a una generación de mujeres para que detesten al hombre y yo amo a los hombres, aunque se ha reprochado que en mis películas exagero sus defectos”. Reconoce que existen problemas con “cierta parte de la masculinidad”, pero pide dejar de decir que todos los directores son “violadores y depredadores”.
Respecto al deseo femenino, sostiene que “hay que defenderlo siempre frente a la gente que se pretende moralista y que lo sabe todo sobre la virtud”. “La supervivencia de la especie humana depende del deseo”.
Breillat defiende que el oficio de actor debería volver a ser como en el siglo XVIII, cuando éstos se consideraban “prostitutas”, porque hacían “comercio, no sexual, pero sí con su cuerpo, su herramienta de trabajo”. Y echa pestes de la figura del coordinador de intimidad: “Se creen jueces de la virtud absoluta y básicamente lo que hacen es molestar en el rodaje”. ●
“Los coordinadores de intimidad se creen jueces de la virtud absoluta y molestan en el rodaje”