Moscú convoca al embajador francés en otro signo de deterioro de la relación
La guerra de Ucrania está provocando una tensión creciente entre el Elíseo y el Kremlin. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso convocó ayer al embajador francés, Pierre Lévy, para expresarle la irritación por las recientes declaraciones “de carácter inaceptable” del jefe de la diplomacia francesa, Stéphane Séjourné. El ministro había dicho el pasado 8 abril que París no tenía de momento interés alguno en dialogar con Moscú porque, después de los contactos habidos, los comunicados rusos divulgan “mentiras” sobre ellos.
Séjourné se refería a la conversación telefónica que mantuvieron los ministros de Defensa de ambos países, Sébastien Lecornu y Serguéi Shoigú. Después hubo versiones contrapuestas de lo que se habían dicho. Según los franceses, la llamada se realizó, con ánimo de colaboración, para compartir información sobre el atentado en el Crocus City Hall de Moscú. El comunicado ruso fue ambiguo y París lo interpretó casi como un insulto. En él se decía que Rusia confiaba en que los servicios secretos franceses no hubieran tenido nada que ver con la acción terrorista en la capital, insinuando la mano de Ucrania y la ayuda occidental, en este caso francesa. El propio presidente Emmanuel Macron consideró “barrocos y amenazantes” los comentarios rusos.
Ya a principios de año la relación vivió un momento de tensión cuando Rusia aseguró haber matado en un bombardeo a 60 mercenarios franceses en Járkiv, una noticia que se reveló falsa y parte de la campaña continua de desinformación rusa.
Macron fue durante semanas, antes de la invasión rusa, un interlocutor privilegiado de Putin, pero con el tiempo se desengañó, al comprobar que el líder ruso no tenía intención de cambiar sus planes. El presidente francés es ahora uno de los dirigentes europeos más combativos. Su actitud de no excluir el envío de tropas para defender a Ucrania sentó muy mal en Moscú. Los propagandistas del Kremlin han amenazado con borrar a Francia del mapa. ●