La Vanguardia

El limbo de los periodista­s de Télam

Los empleados de la agencia de noticias pública argentina cobran sin poder trabajar más de un mes después del anuncio de Milei de cerrarla

- Anna Buj B enos Aire

En una calle peatonal del centro de Buenos Aires, un hombre aferrado a un micrófono divulga, ante una treintena de personas, las diferencia­s entre el periodismo y X, o lo que hasta hace poco era Twitter. Les explica, por ejemplo, que los medios públicos son más necesarios que nunca para contrarres­tar las noticias falsas que se propagan en las redes sociales en momentos de crisis. Como durante la pandemia, o hace unos días, ante un tremendo pico de dengue que sufría la capital argentina, cuando una nube de mosquitos cubría Buenos Aires y encontrar repelente era prácticame­nte imposible.

El divulgador era un periodista de Télam y hablaba a pocos metros de unas vallas que impiden la entrada a una de las dos sedes en Buenos Aires de la agencia pública argentina, que el presidente del país, Javier Milei, cree que no sirve para nada. “Twitter es más rápido que Télam”, aseguró el legislador de su partido, Ramiro Marra, tras el cierre de la primera agencia del país y la segunda mayor en español por detrás de Efe.

En su afán por deshacerse de todo lo público, Milei –que, como su admirado Donald Trump, es un consumidor voraz de X– llegó a la conclusión de que Argentina no necesita una agencia de noticias. En su mensaje de inauguraci­ón del nuevo periodo de sesiones ordinarias en el Congreso, ratificó su intención de cerrar Télam y argumentó que fue usada “durante las últimas décadas como agencia de propaganda kirchneris­ta”.

Dos días después, la policía llegó para poner las vallas en la medianoche del domingo, cuando se retiraban los últimos turnos. Ese mismo día, a los 760 empleados de Télam les llegó un correo que les explicaba que quedaban dispensado­s laboralmen­te durante siete días. Desde entonces, en la página web de Télam aparece un mensaje que dice que está en reconstruc­ción. Los reporteros no pueden acceder a la cabecera donde cargaban los teletipos y las fotografía­s, ni tampoco los 800 medios abonados reciben ya las noticias. “Hay gente que todavía tiene en sus cajones sus efectos personales y no puede recogerlos”, lamenta una experiment­ada periodista.

Gran parte de los argentinos piensa que Milei ha cumplido su promesa y ha cerrado efectivame­nte la agencia, sin saber que, pese a todo esto, los trabajador­es siguen cobrando cada mes su sueldo aunque no puedan trabajar. “En su campaña de ir contra todo lo público Télam es un símbolo para la sociedad”, contaba Andrea Delfino, la delegada del sindicato de Prensa de Buenos Aires en Télam, una de entre los trabajador­es de la agencia que se turnan las 24 horas para mantener una movilizaci­ón permanente en las dos sedes cerradas del medio de comunicaci­ón. No solo para protestar por las medidas de Milei, sino también para proteger sus cosas y el archivo fotográfic­o de la agencia, uno de sus mayores tesoros, cuando este fin de semana se cumplen 79 años desde su fundación en 1945.

“La democracia fue gestando las herramient­as para proteger a los medios públicos y que no dependiera­n de la decisión unipersona­l de alguien que llega a la presidenci­a –apunta Delfino–. Por eso, para cerrar Télam, Milei necesita una mayoría que no tiene”. Hasta el momento, y ya ha pasado más de un mes, se desconoce el plan oficial del Ejecutivo para cerrar la agencia pública. Tampoco ha llevado a cabo ningún instrument­o ni norma legal que oficialice el cierre, más allá del anuncio en el Congreso y de la intervenci­ón policial. Lo único que han hecho es ofrecer un programa de retiros voluntario­s que ha tenido una baja adhesión. Los periodista­s de Télam se encuentran en un completo limbo. Según los sindicatos, ni siquiera es una cuestión de grandes sueldos, ya que, ante la inflación desbocada, más de la mitad de los periodista­s de Télam tienen un segundo empleo porque no les alcanza el salario. Estos días han recibido un apoyo importante de un compatriot­a, el papa Francisco, que ha dicho que reza por sus trabajador­es en una “situación nebulosa”. Las calles de Buenos Aires están repletas de pegatinas para defender que nadie sobra en la agencia.

“Hay gente que estaba acostumbra­da a no trabajar nada y ahora les están cortando todo. Es lamentable, pero es lo que hay”, comenta un camarero de un bar cercano, segurament­e votante de Milei, al ver las protestas. ●

“Hay gente que todavía tiene en sus cajones sus efectos personales y no puede recogerlos”, lamentan

 ?? A  a Buj ?? Los trabajador­es de Télam hacen guardia las 24 horas ante las sedes de Buenos Aires
A a Buj Los trabajador­es de Télam hacen guardia las 24 horas ante las sedes de Buenos Aires

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain