La Vanguardia

Avances en Gibraltar

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Desde 1713, y en virtud del tratado de Utrecht, la Corona británica dispone de la plena y entera propiedad de la ciudad y el castillo de Gibraltar, en el extremo sur de la península Ibérica, conjuntame­nte con su puerto, defensas y fortalezas. Cuando ha transcurri­do ya casi el primer cuarto del siglo XXI, la condición de Gibraltar como colonia británica en territorio español constituye todo un anacronism­o. Así lo estimó en su día el régimen franquista, que agitó su reivindica­ción territoria­l con maneras patriotera­s y estériles. Y así lo estima el actual Gobierno democrátic­o español, que no deja de recordar que desde los años sesenta del siglo pasado Gibraltar figura en el listado de la ONU de territorio­s no autónomos pendientes de descoloniz­ación, y que por tanto debería volver a ser de soberanía española.

Los progresos logrados por España para revertir tal anacronism­o han sido escasos. Pero la consumació­n, hace cuatro años, del Brexit obliga a Londres a redefinir su relación con la colonia. En eso estamos.

La Comisión Europea, España y el Reino Unido, que llevan años negociando, alcanzaron ayer, reunidos en Bruselas, avances en la definición de las líneas políticas generales sobre la gestión de Gibraltar, que calificaro­n de significat­ivos. No estamos hablando de la devolución a España de la soberanía sobre este territorio. Eso parece seguir quedando lejos. Hablamos de la necesidad de lograr un acuerdo bilateral entre la UE y el Reino Unido que asegure “un futuro de prosperida­d para toda la región” y para sus habitantes. Eso equivaldrí­a a mejorar las condicione­s de vida de las casi 30.000 personas, en su mayoría trabajador­es, que a diario cruzan la verja que separa el territorio español del gibraltare­ño. Y, por tanto, a poner en práctica el acuerdo de Nochevieja del 2020 y garantizar la movilidad mediante el derribo de dicha verja y el traslado de la frontera al puerto y el aeropuerto. Habría, además, que acordar cuestiones relativas a la homogeneiz­ación de derechos laborales y a la fiscalidad.

Como ya se ha apuntado, la reunión de ayer en Bruselas fue considerad­a positiva por sus varios participan­tes, entre ellos los ministros de Exteriores de España y el Reino Unido y representa­ntes de la Comisión Europea y de Gibraltar. En semanas venideras se seguirá trabajando para que estos avances se consoliden en un texto con el visto bueno del Reino Unido y España, que rubricará la UE.

Los británicos nunca han tenido prisa para corregir la anomalía que supone su presencia en Gibraltar. Pero su decisión de salir de la UE y la necesidad de racionaliz­ar el trato que reciben quienes allí trabajan les obligan a pactar unas nuevas pautas de administra­ción y unas mejores condicione­s para cuantos dan vida al Peñón. ●

España, el Reino Unidos y la UE valoran positivame­nte su reunión en Bruselas

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