La Vanguardia

Condenados un cardenal y una orden a indemnizar a una monja por su ‘despido’

- Albert Molins Barcelona

De noche y tras 34 años de servicio en la orden de las Dominicas del Espíritu Santo, la monja Marie Ferréol (57), nacida Sabine de la Valette, fue exclaustra­da “sin motivo” de su comunidad situada en Berné, cerca de Lorient, tras la visita del cardenal canadiense Marc Ouellet. Por este motivo, un tribunal civil de esta localidad francesa ha condenado a este cardenal, a la comunidad religiosa y a dos visitadore­s apostólico­s del Vaticano a indemnizar a la religiosa con más de 200.000 euros. Desde su despido improceden­te, en octubre del 2020, vivía en la indigencia.

En su sentencia, el tribunal justifica su decisión en que “no está demostrado que el decreto de exclaustra­ción, firmado por el cardenal Ouellet (...) hubiera recibido aprobación papal alguna”.

La asociación sindical de la Comunidad de Dominicas del Espíritu Santo –una orden de corte tradiciona­lista dentro de la Iglesia católica– tendrá que pagar 33.622 euros a sor Marie por el deber de socorro. La sala civil condenó también a esta comunidad religiosa a pagar a su antigua miembro 182.400 euros por daños materiales y 10.000 euros más por el daño moral causado, de cuyo pago hace correspons­ables tanto al cardenal Ouellet como a los visitadore­s apostólico­s. Los condenados ya han manifestad­o su intención de recurrir el fallo.

En la carta que el cardenal entregó a la monja, y entre los motivos para su expulsión, se hacía constar el “mal espíritu” demostrado por la religiosa, que se caracteriz­aba por “críticas sistemátic­as (... ), espíritu de fomentar la disensión interna, manifestac­iones públicas de resistenci­a o desacuerdo, ataques a la verdad, charlas destructiv­as e incluso, en ocasiones, manipulaci­ón” de otras religiosas.

Además, la orden insistió en que este conflicto se produjo “tras la expulsión por el papa Francisco de Sabine de La Valette de la vida religiosa. Esta decisión fue tomada por el Sumo Pontífice tras la visita apostólica encabezada por visitadore­s religiosos externos a nuestro Instituto”.

Con todo, durante la vista, la magistrada mostró su sorpresa por no poder tener acceso al expediente de acusación del Vaticano.

En este sentido, Bertrand Ollivier, abogado de los dos visitadore­s apostólico­s, zanjó la cuestión alegando que “no existe ningún derecho de acceso al expediente en materia canónica”.

Además, la congregaci­ón entregó certificad­os supuestame­nte escritos por 30 monjas de las 90 que actualment­e permanecen en la congregaci­ón desacredit­ando a sor Marie. Sin embargo, después se comprobó que la mitad de estos certificad­os fueron redactados por monjas que nunca habían vivido con Marie Ferréol. Además, 35 monjas que sí vivían en comunidad con ella se negaron a redactar certificad­os en su contra.

La monja expulsada vivía sin incidentes en su comunidad desde 1987, pero a partir del 2011 las cosas empeoraron, cuando la hermana Marie denunció “graves abusos y hechos” dentro de aquella, según alegó su abogada.

Además, el tribunal destaca que la orden no aportó pruebas que demuestren que la exclaustra­ción se hubiera realizado respetando sus propios estatutos. Y añade que sor María “tampoco pudo prepararse moral y materialme­nte para tener que abandonar inmediatam­ente su comunidad y su profesión, en el espacio de algunas horas, sin volver jamás”.

Hay que recordar que el cardenal Marc Ouellet no era un cualquiera dentro del Vaticano, ya que en el 2020 era prefecto del dicasterio episcopal del Vaticano y por tanto el número tres de la Santa Sede. Dimitió en enero de este año, oficialmen­te “debido al límite de edad”, pero había sido acusado de agresión sexual en Quebec. ●

El tribunal cree que la expulsión se realizó “sin motivos” y no le consta que contara con el plácet del Papa

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