“Si volviera a nacer, quizá estudiaría filología”
Más allá de los idiotas, en el libro salen otras constantes de su obra, como los restaurantes, que ya apare
cían en Taula i barra.
Tengo una afición porque desde los 18 años que salí de casa de mis padres he desayunado y he comido casi siempre, si no es que estoy enfermo, en restaurantes. Por lo tanto, durante décadas, mi vida ha sido en el restaurante y he visto cómo han ido evolucionando y como cada vez han ido pervirtiendo más algo tan sencillo como cocinar bien, llevarlo a la mesa y pagar. Ahora se tiene que ir sofisticando, se tiene que ir idiotizando un poco.
¿Ya ha asumido que los platos sean cuadrados?
Esa es otra: el gregarismo de las modas. De los platos cuadrados ya no hablo porque hace décadas que se han normalizado y ahora hay nuevas generaciones que ya no ven lo que yo veo de extraño en un plato cuadrado.
¿Por qué evoluciona todo hacia un lado idiota?
El otro día intenté ir a un restaurante del barrio de Sant Antoni, Doppietta, y reservar fue una odisea. Telefoneaba y no contestaba nadie, porque hay que reservar por web. Tiene narices que haya que reservar por web, eso se tendría que acabar. Solo me daban dos opciones: barra o terraza. No me gusta comer en la barra, porque es más cansado que comer en una mesa, ni en la terraza, no me gusta comer en la calle. Pero ves las fotos de ese lugar y está lleno de mesas. øpor qué no puedo comer en una mesa? Todo se complica enormemente porque no puedes hablar con una persona, porque es más chupi
guay hacerlo por web. Finalmente conseguí ir y me llevé una sorpresa extraordinaria, porque el restaurante es muy bueno, algo que no me esperaba de un lugar hipster en Sant Antoni.
También habla de lengua.
Si volviera a nacer, algo que me gustaría estudiar, porque en esta vida no he estudiado nada, quizá sería lengua, filología. Me gustan las lenguas y observo cómo evolucionan, hacia peor o hacia mejor. ●