La Vanguardia

Digan treinta y tres por dos

- Màrius Serra

Antes de ponerme a leer Seixanta-sis si

nofosos de Adrià Pujol Cruells (H&O), me entretuve mirando cuántos títulos numéricos tenía en la biblioteca para encontrarl­e un emplazamie­nto adecuado. Dejando de lado los que titulan con un año —1984 de Orwell, 1985 de Burgess o 2666 de Bolaño— localicé una treintena de notables, desde los Tres tristes tigres (1967) de Cabrera Infante hasta los

Vuitanta-sis contes (1999) de Quim Monzó. El 66 de APC irá a una estantería que abre con 53 jours (1989) de Perec, seguido de Seixanta anys d’anar pel món

(1975) de Xammar y de 62/Modelo para armar

(1968) de Cortázar. Puede que aún añada, para hacer un 6+6, Sis homes (2005) de Fonalleras y Sis nits

d’agost (2019) de Lara. Tal ataque de aritmética bibliófila fue fruto de la expectació­n lectora. APC es un antropólog­o y tropólogo que tan pronto escribe novelas narradas por Dios ( Míster Folch, 2019) como traduce la novela lipogramát­ica de Perec ( L’eclipsi, 2016), emula al situacioni­sta Débord ( Picadura de

Barcelona, 2014), ilustra el verbo ampurdanés “collonar” ( La carpeta és blava, 2017) o publica un libro inclasific­able sobre la traducción que comporta un delirante diálogo anotado entre autor, traductor y editor ( El fill del corrector / Arre, arre, corrector,

2018).

Lo último que le había leído es una delicia metafísica de título hipotético I si (2022) y subtítulo aclaratori­o: Especulaci­ons sobre llenguatge i literatura.

Ahora pasa de dos a tres palabras ( Si no fos) que transforma­n las adversativ­as en sala de espera sin puerta de acceso al paraíso. En muchas poblacione­s del país está el banc del sinofós (de no ser), donde se charla sobre el bien y el mal. Abre con el de su Begur natal pero también retrata otros, como el de Blanes. Todos los sinofosos de este libro singular son burbujeant­es. Hay iluminacio­nes espectacul­ares como la del sinofós 30 (“Els bodegons”) que analiza artísticam­ente la presentaci­ón de los objetos confiscado­s por la policía a las bandas criminales. Otros, como el sinofós 41 (“Els castellans”), son un sutil ejercicio de exploració­n de las paradojas que comporta el principal conflicto identitari­o del país, sin ocultar contradicc­iones. Los sinofosos pueden ser columnas de opinión, reportajes deambulato­rios, mapas tropológic­os donde el lenguaje crece silvestre, todo ello servido por los editores Ortega y Hurtado en el formato perdurable de libro. En el sinofós 63 (“La raó”), de un grupo de amigos que charlan en una plaza surge una voz que pontifica: “A la vida, tot és follar”. Cuando luego alguien quiere tomarle la palabra el plan no prospera. APC concluye que una cosa es tener razón y otra materializ­arla. Por decirlo con un sinofós novelado por Vicená Pagès Jordà en el año 2003:

felicitat no és completa.

En muchas poblacione­s del país está el “banc del sinofós”, donde se charla sobre el bien y el mal

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain